Danza al sol

Llega el invierno en el lugar que me encuentro. El Sol se aleja, el frío entra. Mi Ser se encoge en un letargo que todo aquieta.

Llega el invierno y me siento oscura en la oscuridad de la tierra… creando raíces nuevas.

Llega el invierno y el espejo se vuelve hacia mí, obligándome a sentir lo que quiero y lo que fui. A veces duelen los huesos, es parte del reflejo.

Movimientos que se congelan, tambores que ya no dan tregua.

Pero no olvido mirar al cielo… pues él me guía, él me desvela el orden cósmico de lo que llega.

Llega el verano para ti, que vives al otro lado, donde yo también nací. El Sol se acerca, el calor entra. Tu Ser se expande brillando afuera.

Llega el verano y sientes la luz que ilumina la tierra. Te entregas, compartes, tienes ganas de darte.

Llega el verano y devuelves el espejo al universo, llenando de frutos lo que estuvo en silencio.

Más no olvides mirar adentro, pues tu mundo susurra canciones de cuna, descansos de guerrero.

Así es como el Sol balancea a la Tierra. Acelerando, parando. Despacio, rápido. Saliendo, entrando. Latiendo, sanando. Respirando ciclos, saboreando inicios.

Así es como vivo habiéndome gestado allí, habiendo florecido aquí.

Texto y fotografía: Silvia Maza

 

 

 

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