La Trasversalidad y a ti te encontré en la calle

Esto de las palabras tiene su guasa pues no en vano ya desde tiempos inmemoriales el nombre y la cosa han mantenido relaciones complejas que fluctuaban entre llevarse a partir un piñón y partirse los piños. Y si no recuerden como allá por el medioevo nominalistas y realistas se tiraban particulares y universales a sus santas cabezas. El pensamiento emancipador no es ajeno a estos quebraderos de testa, sino que es especialista en romperse los cuernos ya sea contra molinos de viento o la dura realidad, ya sea embistiéndose con saña y entre sí sus más conspicuos representantes.

 

Uno de las últimas palabras tótem en torno a la cual el pensamiento emancipador baila actualmente su particular danza de la lluvia es “transversalidad”, término largo como el solo y que si en el diccionario tiene definición clara y precisa – Que se halla o se extiende atravesado de un lado a otro – en el mundo del pensamiento político goza de polisemia, fantasmagoría y facultades proteicas.

 

Si como decía Borges hay tantas lecturas de un texto como lectores, son tan numerosas las concepciones de la “transversalidad” como políticos adornan sus bocas con la susodicha pomposa y enigmática voz. Adjetivo codiciado que al parecer limpia, fija y da esplendor, transversal se aplica, como el tres en uno, urbi et orbi: problema transversal, programa transversal, gobierno transversal, política transversal, punto de vista transversal, ideología transversal… Y es que aquí transversales, como los hijos de Dios, lo somos todos: desde Rivera a Errejón, desde el PP a Podemos pasando por C´s y el PSOE.

Ante tamaña polisemia o concupiscencia semántica cabe pensar o que alguien miente o que la transversalidad es una flatus vocis, conjunto vacío o baúl de la abuela donde todo cabe desde las enaguas hasta la cazuela.

 

Convendría, pues, aclarar – si aclarar se puede – el término, aunque solo sea para que no nos den gato por liebre, o de tanto través nos aparten de la línea principal… cualquiera que esta sea.

Y para ello no hay mejor método que aplicar al mundo de las ideas el sabio refrán de: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Y de esta forma veremos que las compañías terminológicas de “transversalidad” suelen ser parejas tan llamativas como: derecha/izquierda, arriba/abajo, mayoría/minoría, casta/gente, oligarquía/plebe, amigo/enemigo, viejo/nuevo…; y señoronas y señorones de dudoso copete como: marxismo mecanicista, postmodernismo, populismo, democracia nacional-popular, centrismo liberal, diversidad identitaria, significantes vacíos, discurso, autonomía de lo político…

Como verán multitud de palabras y conceptos con los que formar frases, hilvanar párrafos y pergeñar discursos. Frases, párrafos y discursos que como toda palabra, párrafo o discurso que se precie puede tener lengua de serpiente, alas de mariposa o filosofía a martillazos.

Pero el intento de “la transversalidad clara y el chocolate espeso” lo dejaremos para una próxima entrega.

¿Podrán nuestros héroes escapar de tan horrible peligro? No se pierdan el siguiente número de: La transversalidad ecce gnomo.

Texto: Marisa del Campo Larramendi.

Sobre Maria Toca 1550 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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