No mires hacia abajo. No nos veas…

No quiero atarte a lazo de nostalgia
ni dejarte en manos de los que aquí quedamos,
te quiero libre, rozagante,
envuelto en nubes de dicha reparada.
No mires abajo, hijo mío,
no detengas tu vuelo en naderías.
En nuestras cuitas, y penas, no repares,
no te alejes mucho, déjanos, solo, tu estela,
pero no te acerques demasiado,
que aquí todo es pequeño, frío,
a la medida de nosotros, que somos,
muchas veces, hasta mezquinos.
Lo que nos queda, hijo, lo ordenamos:
es nuestra lucha, nuestra vida.
La tuya trascendió al espacio
donde se goza sin tino y sin reparo,
en paz, tranquilo, como los hijos de aquella mar.
Por eso, aunque duela,
no nos mires, no te acerques demasiado,
quédate gozando de tu alma,
que a nosotros nos llega
con la memoria de tu amor
y la dulce nostalgia
de aquellos tiempos en que tu presencia
estaba, ciega, entre nosotros, gozándola,
sin tino, y sin apenas, darnos cuenta.
Por siempre, para siempre.

Sobre Maria Toca 1538 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

2 comentarios

  1. POR COMPLETO. ( décima y ovejillo.)
    El aroma de tu piel
    me permite caminar
    por tu mundo sin frenar
    hasta el panal de tu miel.
    Y comerme tu pastel
    y saciarme por completo
    de tu boca, en este dueto
    de sensaciones carnales
    nos arrancamos los males
    somos rima de un soneto.

    Desde aquel jardín de Roma.
    Aroma.
    Me llega es verdad no miento
    El viento.
    Y prendo de amor un sueño
    Pequeño.
    Yo mi labor desempeño
    con tu cuerpo al sol contigo
    llevo en mis manos conmigo
    aroma el viento pequeño.
    Puchelar.

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