Y ahora qué

Jamás pensé que mis ojos volvieran a ver una situación como ésta. Pero así ha sido. La ultraderecha vuelve a tener cabida en la democracia española. Ahora muchos se llevarán las manos a la cabeza tratando de averiguar cómo ha podido suceder. Los tertulianos de cabecera volverán a hacer sus inútiles y habituales predicciones del pasado. ¿Nadie se creyó existía alguna posibilidad? Cuando hace unos meses, en Vistalegre, VOX realizó un congreso en el que reunió unos cuantos miles de simpatizantes, los medios de comunicación abrieron sus informativos con esa noticia y durante semanas han ido dándole bola haciéndoles, confío que de forma no intencionada, la campaña a esta extrema derecha. Hasta entonces pocos o muy pocos sabían de su existencia. Aunque seguramente muchos compartieran esos ideales, no eran capaces de alinearse y organizarse de forma efectiva.

Muchos serán los motivos de este ascenso meteórico. Las diferencias sociales, la crisis económica, la decadencia de los valores… A mí no se me escapa que el procés catalán tiene mucho que ver. El 31 de Julio de 2006 Federico Trillo y Soraya Sáenz de Santamaría, ambos del PP,  registraban en el Tribunal Constitucional un recurso contra el Estatut de Autonomía de Catalunya, aprobado anteriormente por el Parlamento Catalán y el Español. El motivo era muy evidente. España y Catalunya estaban gobernadas por el PSOE y la derecha española acostumbra a embarrar el terreno de juego, cuando el poder no reside en sus manos. Lloran y berrean como un niño pequeño malcriado al que se le quita su juguete. Dejan de lado los intereses nacionales y la lealtad institucional que cuando mandan exigen y arremeten de cualquier forma con tal de conseguir sus fines. La sentencia del Constitucional el 28 de Junio de 2010 fue la gota que colmó el vaso. El nacionalismo catalán dió un paso hacia el independentismo y la derecha española dió otro paso acercándose peligrosamente a los postulados ultras que, hasta entonces, formaban parte de sus filas pero no se significaban de forma manifiesta.

Los sucesos del  1 de Octubre de 2017 en Catalunya, y en las fechas próximas a ésta, forman parte de toda esta cadena de acontecimientos. ¿Alguien puede creer que aquel nacionalismo español exacerbado no iba a traer consecuencias? ¿Qué la gente gritara “a por ellos” era gratuito? Al PP así le parecía pues mientras Rajoy perdía votos en Catalunya, ganaba adeptos en el resto de España. Por lo menos eso creía. Lo que si era evidente era que las políticas judicializadoras del PP creaban más independentismo catalán y más nacionalismo español. Eso lo vio claro Ribera e inmediatamente Ciudadanos radicalizó y endureció su discurso reclamando la aplicación del artículo 155, convocando y liderando manifestaciones antiindependentistas, victimizando a los no independentistas que viven en Catalunya,etc… y la jugada le salió muy bien a tenor de los resultados. Tanto PP como C’s fomentaron como única opción frente al independentismo catalán la drástica deriva  de sus propuestas políticas políticas. Casado y Ribera son tal para cual. Han ido de la mano en los últimos meses y en esa carrera para ver quién es más duro han encontrado al primo de Zumosol. A VOX. Ha sido la tormenta perfecta, se lo han puesto en bandeja y  va a ser difícil pararlo.

Ahora ya podemos decir con todo orgullo que ya somos europeos. Tenemos nuestro partido fascista formando parte de las instituciones democráticas como cualquier país europeo de referencia que se precie. Como Francia. Como Italia. Como Austria. Como Holanda. Como…. La diferencia con Francia, por ejemplo, es que ellos fueron capaces de unirse en varias ocasiones para evitar que el clan LePen llegara al poder. ¿Serían capaces los partidos españoles de unirse para evitar un suceso así en España? Pronostico que si es para que gobernara la derecha, tal vez la izquierda aceptara. Si fuera para que gobernara la izquierda estoy convencido que la derecha no transigirá.

Finalmente felicito a mis compatriotas andaluces que han votado a VOX. Han permitido que un partido xenófobo, racista, misógino, sectario, homófobo, contrario a la igualdad de género, contra la Ley del Aborto, contra la Ley de Memoria Histórica, antieuropeista y no sé cuántas barbaridades más, forme parte de su vida diaria en un parlamento democrático. Han votado a un partido que pretende borrar los últimos 40 años de España y llevarnos a la época triste y rancia de la dictadura española. ¿Realmente los votantes de VOX añoran aquellas épocas? ¿No se acuerdan que los andaluces de entonces emigraban, con sus maletas de cartón atadas con cuerdas, a la Catalunya que ahora menosprecian y que les dio de comer cuando huían del hambre? ¿O cuando se iban a Madrid, o a Francia o a Alemania porque Andalucía era tierra de latifundios, de paro y de analfabetismo? No se si no tienen memoria o les han engañado muy bien. Desde luego ellos y sólo ellos, son los responsables.

Que no se le olvide a nadie, ni a los andaluces ni al resto de los españoles, como dijo el filósofo español Jorge Ruiz de Santayana: ”quién olvida su historia, está condenado a repetirla”. Tengo la sensación que en las próximas semanas, meses y no sé si años, vamos a oír mucho el caralsol, vamos a ver mucha bandera con pollo, nos vamos a hartar de camisas azules y de saludos fascistas, nos van a vender un cuento precioso de los 40 años de franquismo y hasta nos negarán las atrocidades del antiguo régimen. Tiempo al tiempo.

Armand Comin

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