Alaska y el orgullo

A la hora de hacer “la prueba del algodón” para averiguar si un hombre que supera la treintena y nacido o residente desde hace años en España es gay, he comprobado hasta la saciedad que hay un detalle infalible que no falta jamás: su gusto, cuando no pasión y siempre fascinación, por Alaska.

 

No me estoy refiriendo, como supondrán, al cuadrágesimo noveno estado de la Unión; hablo de la cantante hispano-mexicana Olvido Gara, vocalista de grupos como Fangoria, Alaska y Dinarama o Los Pegamoides y una de las artistas del panorama pop español que lleva más tiempo en activo sin apearse de las listas de éxitos.

 

Ciertamente no falla. Al que le gusta Alaska le suelen gustar personas de su mismo sexo. No es una estadística, obviamente, es solo una apreciación de alguien que lleva dos décadas viviendo en el corazón de la cultura lgtb española y que para mal y, sobre todo, para bien se precia de conocer a mucha gente y de tener un sentido de la intuición bastante elevado.

 

No es para menos. Y voy a hablar desde una mezcla de subjetivos recuerdos personales y pretendida objetividad. Desde muy crío me llamó la atención la imagen de aquella mujer; extraña imagen para aquella época aún de toreros y folklóricas de  cuyo desesperante blanco y negro la cantante ponía color. Extraña y magnética imagen que me llamaba la atención de una manera especial. La casualidad hizo que una vecina me regalara por mi once, doce  cumpleaños el LP “Grandes éxitos” de Los Pegamoides. Allí, y ya no digamos con las “Canciones profanas”de Dinarama y posteriores, descubrí que, dejando aparte el hipermanoseado “Bailando”, sus temas y su voz grave me producían el mismo magnetismo. Unas melodías no excesivamente elaboradas ni virtuosamente tocadas pero que iban acompañadas de unas letras que, aunque no las entendía todavía, las sentía cercanas,  especialmente a medida que aprendí a leer entre líneas. Tal vez intuía que aquella chica extraña se movía en un ambiente en el que mi sexualidad y mi manera incipiente de enfocar la vida no eran nada horrible ni un secreto que guardar bajo siete llaves. Nada de lo que avergonzarse: eran tan normales como las del resto de las personas,  eso sí, mucho mas interesantes y divertidas , como mas adelante comprobaría incluso en primera persona, bastante más trágicas.

Examinando las letras de las canciones de los grupos en los que esta estrella patria ha participado, se puede afirmar que esa manera de narrar el amor, el desamor, la alegría, la tristeza, los dramas, las comedias y la desfachatez podrían ser el guión de la llamada Movida, o el “whatsapp” de madrugada de ese amigo que te quiere contar su bajón o su subidón tantas veces exagerado y tantas veces real. Podría ser la banda sonora de la vida de cualquier homosexual desarmarizado,  tirando a vivir en la injustamente denostada “burbuja arcoíris” que no es tan burbuja porque acepta a todo recién llegado sin preguntar. Esa burbuja que a tantos nos ha servido y, lamentablemente aún nos sirve, para creer que nuestras vidas y vivencias son aceptadas con normalidad.

 

Por eso me causa tristeza que las nuevas generaciones de portavoces de la diversidad para las que apuntarse al activismo es una opción y no una aventura incierta en lo familiar, social y laboral insulten a Alaska y la cataloguen de “facha” por trabajar en determinado medio de comunicación o por haber recibido una condecoración no a título personal sino institucional, de la condesa de la Corrupción y marquesa de la Charca de Ranas. Será que todos ellos trabajan para Amnistía Internacional o similares y les desagrada que les reconozcan su trayectoria profesional. Y será que todas sus amistades dejarían a Engels y a Rosa Luxemburgo en la categoría de moderados centristas.

Quizá si estos jóvenes no hubieran nacido en la era de internet y del matrimonio igualitario y  de Chueca y las manifestaciones multitudinarias del Orgullo quizá y hubieran nacido hace mas de tres décadas y hubieran tenido que educarse y aceptarse leyendo entre líneas lo que Lolo Rico y Olvido Gara nos contaban, con un guiño, en “La bola de Cristal”, descifrando las canciones de Carlos García Berlanga y Nacho Canut  o viendo las películas de Almodóvar, elementos todos en los que la cantante tuvo un papel muy relevante, o si, ya no yéndonos a los lejanos y demasiado mitificados años de la llamada “movida madrileña”, estos jóvenes adalides del activismo y el respeto hubieran asistido a las primeras manifestaciones del Orgullo en los últimos ochenta y primeros noventa y hubieran comprobado que era la única famosa que se subía  orgullosamente a una carroza cuando no estaba bien visto o que organizaba galas contra el por entonces asesino seguro, SIDA en aquella mini-burbuja diversa que era la sala Morocco, repito: si hubieran vivido todo eso, a día de hoy respetarían a Alaska aunque hiciera campaña por Vox.

Nunca la escuché decir (ni me interesa saberlo lo mas mínimo) a qué partido vota, por tanto he de deducir que estas jovenzuelas repartidoras de carnets de activismo y progresía lgtbi además poseen poderes adivinatorios. Maravilloso. Dejen pues la protesta, consulten con los astros cuando conseguiremos todos los derechos y vayan contándonos el futuro que nos aguarda.

Y a ser posible no critiquen a Alaska, que les puede dar lecciones magistrales de como imponer su criterio y normalizar en los medios de comunicación post-franquistas con todo descaro la homosexualidad por entonces castigada en el Código Penal. Y mucho menos la insulten para después desgañitarse cantando “A quién le importa”, el himno lgtbi en español por excelencia y que no lo canta Amparanoia precisamente.

 

Un respeto, y, sobre todo, un poco de información sobre quienes fueron las y los que te allanaron el camino cuando fuera del armario había tormentas que para nada invitaban a salir. Tormentas y tormentos.

 

Enhorabuena por tu trayectoria, Olvido Gara. Y muchas gracias por todo.

Texto: Mario Erre.

1 comentario

  1. bonito articulo de limpieza de imagen ….. y no somos las nuevas generaciones las que nos quejamos , somos muchos los defraudados por esa imagen de progresia de derechas .. y no solo por olvido , sino por ese afan mercantilista que hasta quita la palabra gay de la celebracion worl pride … menudo articulo de baja calidad

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