Buenas víctimas.

Si eres víctima de un acoso, violación,  maltrato, abuso o cualquiera de las variantes de violencia machista más te vale, amiga, que seas un ser de luz libre de mácula. Vamos, una santa ursulina de toda ley. Una mujer tan pura, etérea y perfecta que ante ti se plieguen los mortales ante el desparrame de santidad que portes en tu recatado cuerpo. No puedes ser normal. No se te ocurra, porque entonces te las verás con el juicio paralelo y con un interrogatorio digno de infernales obscenidades de rijoso recalcitrante como el de don Adolfo Carretero, el juez del caso Errejón.

Querida víctima futura, te dejo un manual de la “buena víctima” para que no cometas los errores comunes de cualquiera que se acerque a un juzgado con el inocente fin de denunciar un delito contra la integridad sexual femenina. Vamos con ello:

-No seas guapa, ni fea. En el primer caso, si gozas de belleza,  será utilizado como atenuante por el acusado ya que de todos es sabido que una mujer guapa atrae y excita la libido de los hombres que al no poder resistirse caen en el consabido e inevitable acoso. Lo de el hombre es paja y la mujer yesca viene Satán y sopla…o algo así. Pues eso.

Si eres fea, casi es peor, porque tanto el juez  como el publico en general considerarán altamente improbable que un tío normal sienta atracción por un “craco” “ni con palo te tocaba yo, so fea” suelen alegar manadas de inocentes caballeros…y alguna dama, que haberlas haylas. Con las gordas ocurre lo mismo. A las delgadas, también se las excluye porque su falta de curvas no excitan libido masculina por tanto es improbable, por no decir imposible,  cualquier ataque a la integridad sexual de la interfecta.

¿Qué ser entonces? te preguntas con rubor. Nada. O si me apuras, del montón, pero del montón de las insignificantes, de las que son monas pero sin pasarse. Y aun así es difícil por no decir imposible delimitar la línea de un víctima razonable.

-Viste cual ursulina o madre de la caridad. No con habito, se entiende, porque eso se consideraría incitación por los morbos provocados ante la posibilidad lubrica de un disfraz. Me refiero a falda y camisa teresiana, que su largo baje a ras de  rodilla sin marcar ni un ápice de cuerpo, ni del busto…Sobre todo del busto, que debe ir tapiado con vendas que aplanen la posibilidad de sobresalir lo más mínimo. Ni miaja de escote; si se te ha escapado el canalillo, eres reo de condena por incitación al despiporre masculino. El vestuario debe ser de colores matizados entre la gama de grises marengo o marrones carmelitas.

Mantén alejado de ti el alcohol y las drogas, aunque sea ambos suaves. De haber bebido algo o tomado algún excitante quedarás expuesta a la befa común de los mortales ¿Por qué bebes? Si te drogas te expones ¿En serio que estabas tan borracha como para no poder impedirlo? ¿De verdad, andabas tan mareada como para no poder huir? Serán argumentos de peso en el juicio (el legal y el otro, el de la calle)

-No des ni una oportunidad a que el denunciado se propase. Pero ni una. Si te has dejado morrear (obsérvese el tiempo verbal) si te ha magreado y no has puesto objeción, si en los preliminares te parecía bien el tacto del susodicho o mostraste cierta aquiescencia ¡ya puedes andar lista! porque nadie va a creer que una mujer puede cambiar de opinión, o que en algún momento del escarceo sexual perdiste las ganas, por lo que sea, y quieres cerrar en envite. No. No se puede. Porque la molestia testicular producida, querida ignorante de la vida, será  un precedente a tener en cuenta para que el tejido social masculino (y femenino a veces) indulte el mal trato, el abuso y hasta la violación. El apelativo de “calientapollas” salió para esas tipas que a la mitad se niegan a continuar (los motivos pueden ser: violencia, mala sintonía, inaceptable incapacidad del partenaire para provocar gusto o placer) con el acto y será al momento considerado eximente de la violencia posterior. Si empiezas, acaba, aunque no te guste, aunque te den arcadas, aunque te sientas fatal. Indiscriminadamente de su torpeza, violencia, desprecio…acaba.  No haber empezado.

Jamás, pero jamás te quedes bloqueada, porque si tu shock se produce será de inmediato considerado aquiescencia y por lo tanto queda inhabilitada la denuncia posterior, que lo más seguro la pones porque eres una malaje que solo quiere arruinar la vida del pobre chicuelo. Si además el denunciado es o ha sido futbolista, actor, productor, empresario de éxito, jefe, compañero de trabajo con cierto ascendiente…está bien claro que lo que buscas es dinero o poder, o ambas cosas. Todo el troteo que supone denunciar, declarar, exponerte a preguntas capciosas, obscenas, las visitas a comisaria, médicos, juzgados, declaraciones, exposición mediática y criticas acerbas, es nada a cambio de la condena del pobre chico y la consiguiente indemnización. «Todo por la pasta, lagarta, que todas son unas lagartas» te dirán los/as voceros. Ah, y si te indemnizan debes renunciar a ello. Siempre. Inexcusablemente. Si aceptas, te conviertes en sospechosa. O si vas a la tele a contar. Por lo que sea, se cuenta un atraco, un accidente, un parto, pero un abuso, maltrato o violación, jamás. Reo de malquerencia. Que lo sepas.

Evita durante meses (o años) cualquier explosión de alegría, de normalidad, de seguir la vida como si nada. De mostrarte en algún momento risueña, tranquila, alternando con amigas (¡anatema!) De hacerlo,  será considerado de forma taxativa, prueba irrefutable de tu mentira porque es bien sabido que los duelos por el “supuesto” delito sexual o agresión, son eternos. Nada que ver con cualquier otro delito del código penal que se considera exento de tiempo doloso. El dolor eterno es exclusivo para las “supuestas” víctimas. Repito y grábate en la cabeza: nada de normalidad, duelo perpetuo, cabeza rapada, viste de luto, porta burka al poder ser y cubre tu mirada con gafas opacas. Ni se te ocurra sonreír. Nunca. Te escrutan detectivescos compañeros de manada o amigos desconocidos del interfecto porque ya sabemos que las fratrias son a muerte en estos casos. Avisada quedas.

-Si eres madre…¡oh, si eres madre! serán revisadas todas tus acciones y  la mínima desafección será considerada mácula infame que desacredita cualquier prueba por inculpatoria que parezca. ¿Has salido de noche dejando al bebé con tus progenitores? Mal. Mala madre, te lanzan. Da igual que necesites cierta expansión o que padezcas el síndrome post parto y sea de utilidad un escarceo nocturno o diurno. Nunca. Una madre es una madre y madre no hay más que una y a ti te encontré en la calle. Si además el bebé tiene fiebre y saliste a una fiesta por un rato, la lapidación en plaza pública se comprende perfectamente.

Como no quiero extenderme demasiado, para resumir, si no eres un ser de luz, una santa trinitaria en exención, abstente de denunciar porque tu persona, tus actos, tu vida toda será escrutada por altos tribunales de la buena conducta porque de todos es sabido que puedes ser víctima de robo, engaño, malversación y lo que sea siendo todo lo imperfecta que quieras. Nadie cuestionará tu denuncia de robo de casa, del bolso, del coche, de un tirón, de un timo…si eres mala madre, o antipática o te gusta llevar minifalda o escote. Ay, amiga, pero si tu denuncia es por cualquier delito que implique el más mínimo roce a esas piezas humanas tan delicadas, como son los hombres, si no eres un ser de luz, un ser impoluto y perfecto, date por jodida.

Y ya que estamos, me gustaría se pusieran de acuerdo los interpelantes ¿hay que dar nombres en el juzgado? con el consiguiente descredito de los pobrecitos y victimizados acusados, o por el contrario ¿debemos mantener el anonimato del abusador/violador/maltratador? ¿podemos contarlo a una amiga en secreto o comentar en un chat cómplice o será considerado maledicente y malvada búsqueda de desestabilización a los chicos?

Por aclarar.

Si hablamos, es mal. Si callamos, es mal, porque se nos considera poco afectadas. Si denunciamos al momento, es mal, porque no será para tanto puesto que has tenido gana de ir al juzgado. Si tardamos en hacerlo meses o años, es mal ¿por qué ahora y no antes? Algo esconde la susodicha cuando ha tardado tanto.

No será, pregunto, que lo que proponéis es mantener el mismo estatus quo de siempre. A saber, tú abusas, violas, maltratas y nosotras aguantamos. En silencio, por supuesto. La sonrisa será bienvenida.

Quien a partir de escuchar el interrogatorio del juez Adolfo Carretero a Elisa Mouliaa, nos diga que denunciemos y que tenemos privilegios por ser mujeres le supondré, o bien complicidad con el sádico patriarcado o simplemente oligofrenia aguda.

María Toca Cañedo©

https://www.antena3.com/noticias/espana/elisa-mouliaa-errejon-declaracion-juez-este-tio-hijo-puta_20250120678e738847e9a00001df8b6e.html

 

Sobre Maria Toca 1717 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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