En el terreno de la política, el centro ideológico, desde mi punto de vista, es una entelequia, un sofisma, no es nada, no existe.
De hecho, si analizamos las formas de actuar de muchos de los partidos autodenominados centristas todo ellos presentan una cierta indefinición que lo que suele encubrir es un pensamiento conservador.En el fondo, se trata de una marca electoral -publicitaria- para atraer a un buen número de personas que les asustan las radicalidades.
Qué curioso lo de las connotaciones negativas de la palabra «radical«. Me pregunto si ser radicalmente democrático, justo, solidario o respetuoso con el medio es algo negativo.
Se puede ser de centro ideológicamente hablando?
Pongamos algunos ejemplos de aspectos o ámbitos que normalmente definen a la izquierda y a la derecha ideológicas.
La dicotomía público-privado, cómo se resuelve desde una supuesta ideología centrista. Desde la administraciones públicas cómo se prioriza la sanidad pública o la educación pública desde ese imaginario centro ideológico.
Las respuestas que he podido observar en política activa y como ciudadano han sido normalmente la gestión privada del servicio público, es decir, una privatización encubierta.
Se suele confundir con bastante frecuencia «ser de centro» con «ocupar la centralidad en el tablero político«. Lo primero, como he dicho, no existe, lo segundo, sí, pero, lejos de ser un planteamiento ideológico, se trata más bien de un planteamiento metodológico que permite que las ideas que se defienden puedan ser asumidas por la mayor parte de la ciudadanía.
Mi vecina y yo, que por razones culturales, familiares o educacionales podemos estar situados en esferas ideológicas distintas, sin embargo, podríamos estar de acuerdo en aspectos tan importantes como el blindaje de las pagas de jubilación, un sueldo digno, una sanidad gratuita y universal y que pague más el que más ingresa.Confundir «centro» con «centralidad», «ideología» con «metodología«, nos lleva a esperpentos políticos como CS, que acaban convirtiendo el ejercicio político en una suerte de negocio de compra-venta al mejor postor. Una degradación más de la política, con minúsculas.
De esto sabe también mucho el PSOE, que en proceso de desideologizacion dio cabida en su seno a diputados «centristas» que, llegado el momento, pusieron en práctica su falsa ideología para venderse al mejor postor.
Tamayazo, creo que lo llamaron.
Juan Jurado.
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