¿Cuándo se jodió Podemos, Zabalita?

Mucho se ha analizado sobre el descalabro de la izquierda. La izquierda, se me entienda, no el PSOE que ha ganado lo ganable aunque los resultados municipales y autonómicos, debido a esos pactos de perdedores, no den los resultados apetecidos. Por tanto amarga victoria.

Me refiero al descalabro podemita. Y como no voy a ser menos que los sesudos analistas daré mi versión de lega espectadora, intentando aportar mi percepción. Desde el principio.

Viví el 15M con el entusiasmo de neófita. No haber vivido el Mayo del 68, ni la Revolución cubana, aunque sí la sandinista, me confirmaron la creencia de que no hay generación sin revolución. Recuerdo entusiasta contemplando las carpas de Sol, incluso acercándome a las de la Plaza Porticada de Santander con la timidez de alguien que ve los toros desde la barrera.  Conmocionada por  la transversalidad,  viendo jóvenes y viejos compartiendo asambleas a mano alzada debatiendo lo debatible. Y me creí la utopía –mitómana que es una-

Participe de alguna manifestación donde tímidamente se desplegaron banderas republicanas que vi ondear debajo del cielo azul del entusiasmo, incluso porté con emoción las moradas del feminismo que resurgía al amparo del 15 M.

El 16 de Enero de 2014 , andaba muy ocupada en menesteres muy tristes y no conocí el nacimiento del neófito. Pronto corregí el error, quizá tomando la vía política como refugio a dolores personales, me agarré al faldón de aquel embrión que nacido en el Teatro del Barrio, del barrio de Lavapiés, que corría de boca en boca como la pólvora. Pronto supe de un Círculo en la Escuela de Magisterio de Santander, de la llegada de un mítico Juan Carlos Monedero, que cual Bautista traía la Buena Nueva. Obligaciones laborales (ay, la clase trabajadora cuánto nos perdemos) me impidieron estar, ver, oír y tocar el invento.

El entusiasmo crecía. Por fin una izquierda sin dogmas ni dogmatismos, sin disciplinas partidarias estalinianas que se enfrentaba al poder con la furia de la gente de a pie. Por fin se escuchaba al pueblo. Entré en su web, hice preguntas que me respondieron, milité y pagué la cuota con fuego en el pecho. Construiríamos por fin la utopía por la que siempre luchamos las de mi clase. Libertad y socialismo. Pueblo y cultura abrazando la justicia. Hermandad libertaria sin imposiciones. Si a esta altura, usted lectora se empieza a descojonar, hágase la idea de que calzo inocencia congénita. Gracias.

 

No pude ir a Vistalegre I  eso mantuvo mi entusiasmo porque luego supe del fiasco decepcionante que se tradujo en lo que fue llegando. Tampoco pude asistir a los Círculos que se iban formando ni a las reuniones constituyentes de un partido en ciernes. Conservaba la virginidad. Lo que sí hice fue asistir al mitin de Madrid. Aquel frío Enero de 2015, me levanté de mañana decidida a escuchar, a ver y a oler lo nuevo. La utopía.

En el camino de aquel viaje mítico,  un querido amigo me trasladó su decepción. Guerras intestinas, lucha de poder, imposiciones desde Madrid, purgas…No di crédito del todo a lo escuchado. En el mitin, vi a los líderes…Nunca he sido mujer de aclamaciones ciegas,  reconozco que verlos en la tarima aclamados cual estrellas de rock no me gustó. Al acabar, recuerdo el cordón de seguridad por el que salieron deprisa, sin mirar a nadie, con aire de pertenecer al Olimpo de los líderes;  pensé: “la gente del pueblo no puede protegerse del pueblo” Me salía el resabio anarcoide al ver el despliegue. Creo que ahí comenzó la debacle.

El culto a la personalidad, la dejación de responsabilidades en manos de los líderes, las decisiones que antes se tomaban a mano alzada y ahora era la cúspide del aparato quien las esculpía en Tabla de la Ley  Suprema, porque que sabemos el pueblo lo que nos interesa (Hace dos días una conspicua integrante del partido morado, decía en redes que había que educar al votante…para que les votara a ellas, naturalmente) La prepotencia del que se piensa en posesión de la verdad.

 

Y las prisas. Las europeas nos dieron alas, es cierto;  ese Pablo Iglesias despeinado pidiendo asaltar los cielos y conseguir el poder en un pis pas me hicieron ver la realidad. Eran teóricos de la política, habían aprendido en la Universidad Complutense los maquiavelismos de la política pero no tenían vuelo rasante. No conocían la tramoya de un pueblo que no tiene costumbre política porque convalece de una dictadura lesiva. Desconocían la labor de aprendizaje (no del pueblo hacia ellos, sino al contrario, ellos aprendiendo del pueblo, observando y adaptando para luego devolver el conocimiento al pueblo en labor lenta y sociologica)

Vi y escuché el desengaño de  las miles de personas que de forma voluntaria trabajaron para la idea, atendiendo teléfonos, enviando mails, respondiendo preguntas, ensobando cartas…Los miles de personas que entregaron tiempo, esfuerzo, esperanza y dinero a un partido cuya cúpula los miró con el desprecio del poder, contemplándoles como meros siervos de la gleba, porque ELLOS, eran los dirigentes poseedores del Santo Grial que les alcanzaría el poder en unos meses.

 

Nunca escucharon a nadie fuera de su ámbito, conforme el globo se hinchaba se quedaron sordos y ciegos, mientras recogían toda la morralla expulsada de otros partidos. Recuerdo como una amiga socialista reía con sorna, cuando uno de los suyos se afilió (como jefe de algo, of course…) diciéndome: “¡qué favor, qué inmenso favor! verás que poco tarda en dinamitar el partido” Como así fue, siendo látigo y descrédito del partido al que decía amar, al poco tiempo llegando hasta demandarlos.

No hablaré de las polémicas, de las peleas, discusiones terribles que vi y de cómo los y las personas ilusionadas, entregadas fuimos recogiendo la inocencia y saliendo en fila de a uno con el rabo entre las piernas.

Pocas veces constaté  tanta prepotencia, tanta insensatez. Ante cualquier disidencia o duda la respuesta era el desprecio y el anatema. Porque queridas para esto ya habían desembarcado los amigos del viejo comunismo. Los viejos carrillistas y sus aprendices,  fontaneros acostumbrados a maniobrar en la sombra, a escalar peldaño a peldaño bajo la batuta de la dirección (cualquier dirección, porque para esa especie de trepador profesional, el halago y el endiosamiento son moneda de cambio) Los resabios del estalinismo más rapaz y depredador se instalaron en lo que antes era pura ansia libertaria. Y fue entonces cuando se jodió el Perú, Zabalita…

 

No voy a obviar el mérito de un partido azotado por las cloacas del Estado, por la prensa canalla, por intereses espurios. El mérito y la inteligencia de los líderes, no las voy a cuestionar porque son indiscutibles. De la nada conseguir 5 millones de votos, es mucho, aunque más que mérito suyo (que lo hubo) era la sed de algo nuevo que teníamos. Tener en plantel a Iglesias, Errejón, Bustunduy, Espinar, Serra, Montero, Echenique, Monedero (aunque este vale más cuando calla, como la chica de Neruda) Bescansa, González (Tania, la olvidada en Bruselas) Mayoral, Cano, Peris Mencheta, Montero (siniestro paisano al que creo origen de muchos de  los males y de la odiosa fontanería) Urban…y tantos que me dejo, es impresionante, porque formación e inteligencia les sobra.

 

Muchos han abandonado el barco…abrumados y asfixiados por su propia soga. En una correlación de fuerzas que primero apretaba la garganta de uno para luego convertirse en víctima del siguiente. He visto en mi tierra, Cantabria, pasar tantos cadáveres…que a su vez habían asesinado al padre, que me cuesta recordar o contener un sarcasmo dolorido por ver el despojo de tanta ilusión.

Los dirigentes se cegaron de poder. Se cegaron de prisa. Quisieron asaltar el Palacio de Invierno sin invertir el tiempo necesario, como si Lenin y los soviets hubieran surgido en los albores de  1917 y no llevaran detrás muchos años de labor de zapa. Faltó paciencia para formar cuadros, para comprender el entusiasmo  de tanta gente a la que se despreció y humilló. Faltó docencia, inteligencia emocional para canalizar tanto entusiasmo. Y sobro prepotencia, maquiavelismo y malas formas. Y prisa.

 

Un movimiento político de estas características se hace lento, como el hortelano siembra y cuida con esmero la tierra para recoger los frutos cuando toca. La prisa mató el invento de Podemos. La prisa y mucho más, por supuesto.

¿Hay posibilidad de rehacer el invento? Me gustaría, claro que sí, pero permítanme dudarlo. Hay desconfianza y resabio. No se analiza con precisión, miren las redes, las diatribas lanzadas contra las votantes…sin darse cuenta que se pierde cuando no se hacen bien las cosas. Sin ver que en Cádiz, hubo las mismas cloacas, las mismas presiones, los medios enfangados y Kichi arrasó. Sin analizar que en Vigo un alcalde socialista cuestionado y criticado  ha sido el más votado de la historia de este país. Significativo y quizá prueba absoluta de lo que indicamos sea Zamora, donde su alcalde de IU ha conseguido la mayoría absoluta. La pregunta que surge es ¿Qué tienen los votantes de Zamora, Cádiz y Vigo que carecemos el resto? Respondan lumbreras complutensianos porque yo lo tengo claro: cercanía y escucha activa.

 

Creo que lo que les distingue a ambos del resto es que supieron escuchar y acaparar el entusiasmo y se inmiscuyen (o no dejaron de ser lo que eran, en el caso de Kichi) en el pueblo al que representan.

Endiosarse, rodearse de aduladores y fontaneros a la larga estalla en la cara. Hoy lo saben, o quizá todavía no, pero es la mejor manera de descabalgarse del poder. Y de cargarse la esperanza.

María Toca

 

 

Sobre Maria Toca 1539 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

8 comentarios

  1. Cuando los adoctrinadores creen que la razón adolece de soberbia, conduce a la sin razón,
    Falta de humildad que ahoga y obnubila a quien eso sufre por el reflujo del ego.
    Pero claro nunca lo reconocerán, porque la culpa siempre es de los otros.
    Me gustó lo que dices y como lo dices María. Salut

    • Gracias querido Enrique…es que no hay otra. El buen servidor (entiendo la política como servicio) si no es humilde pierde el oremus…Un abrazo y gracias por tu colaboración

  2. Me duele reconocerlo, pero tienes razón. Quizás te falta incidir en desagradecimientos (Carmena), ambiciones personales y traiciones (Errejón), no a Iglesias, sino a los que le elegimos en VA2 por amplia mayoría y que también elegimos, esta vez a Iñigo, para ser nuestro candidato para la CA de Madrid…. Pero eso ya no importa.
    Habrá que buscar el camino para que la gente que sufre tenga algún instrumento que les represente y defienda.
    Como decía Germán Coppini, malos tiempos para la lírica.

    • Esa es la cuestión: la búsqueda. Para eso escribimos, hablamos, discutimos hasta quedarnos roncas…para buscar salidas y alternativas porque es imprescindible un partido de izquierda (real…) que nos represente. Un abrazo Julian, con cierta y dolida esperanza.

  3. El creer que la razón adolece de arrogancia, y que algunos creían era solo patrimonio de la derecha, conduce a la falta de humildad que alentada por el ego del líder,se convierte en la sin razón que ahoga y obnubila a quien así se comporta, Pero claro siempre seremos culpables de los fracasos los que no aceptamos el ego del arrogante.
    Me gusto el artículo y como lo desarrollas.Salud

    • Gracias, porque no es un artículo con el que haga amigos…puedo asegurarlo. Criticar al cercano es doloroso y tiene consecuencia. Pero necesario. Agradecemos su colaboración y lectura activa.

  4. Yo, Maria, como siempre, aprecio tu analisis, con el que coincido en muchisimas cosas.
    Ahora bien, me queda un regusto fatalista, y me niego a apuntarme a esa sensación , aunque existan motivos sobrados. Asi que mi apuesta es por levantar la cabeza, hacer oir nuestras voces, y seguir amando la utopia …

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