De mitos y amores.

Observo en muchas de nosotras, en la consulta y en mí misma a lo largo del camino la cantidad de energía que malgastamos y el tiempo que perdemos en estériles y vanos intentos de que la realidad de nuestras vidas, la que sea, se adapte a los mitos del amor romántico sobre el tener pareja, descendencia, la conjunción parejil/hijos/casa bonita/supuesta felicidad.
Estas tremendas mentiras sobre la forma de vida hegemónica que nos vendieron, que asumimos, que nos seguimos contando provocan mucho dolor innecesario al hacer que entremos en relaciones dañinas, poco equitativas o directamente peligrosas por seguir los mitos amorosos y de convivencia.
Llamamos amor, deseo o enamoramiento muchas veces al vacío interior, a la soledad, al aislamiento, a la falta de intimidad sexual y a todas nuestras ansias por llenar los huecos internos y del sofá.
Y así nos vemos aferradas a una posibilidad, a una fantasía, a un reto, todo ello yendo en nuestra contra o directamente quitándonos bienestar, economía, recursos o ilusiones.
Muchas veces grandes cantidades de todo ello.
Nuestra ansia de amor y/o pareja requiere de cierta autodisciplina y dosis de estar en contacto con nuestras propias señales de lo que nos oprime o directamente nos mata en vida.
El amor no es opresivo.
Y ante el hecho de que te pregunten o te preguntes si quieres una pareja es necesario llegar más o menos a la obviedad, a la conclusión:
– No, no quiero una pareja. Quiero una BUENA pareja y no se me acaba la vida si eso no ocurre.
No hay plan A y b.
Hay existencia gustosa y nutricia o no.
Y ya no me voy a inventar, idealizar y poner de más en donde no hay.

 

María Sabroso

 

Sobre María Sabroso 109 artículos
Sexologa, psicoterapeuta Terapeuta en Esapacio Karezza. Escritora

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