HISTORIA UNIVERSAL DEL CAPITALISMO, TOMO 7 : INVOLUCIÓN Y NEOABSURDISMO II (2007-2037)

Llegó el momento, un mal año incrustado en una década difícil, en que pagar por trabajar se convirtió en lógico y asumible, justificando de algún modo la legislación que lo había bendecido tiempo atrás. La erosión había hecho mella en las causas que consideraban esto como algo incomprensible, y había mostrado en su crudeza diaria la imposibilidad de supervivencia de las corporaciones grandes o pequeñas, sin la ayuda vital que suponía el salario que debían proporcionarles sus trabajadores. No fue fácil desligar a la gente de una costumbre arraigada a lo largo de los siglos. Se destinaron grandes cargamentos de saliva para convencer a los discrepantes, en vistas a que optaran por someterse al reseteo necesario que les permitiera olvidarse de unas condiciones que nunca más volverían a darse, y que ahora pasaban a figurar como anormalidades de un sistema que no había sabido controlar el largo plazo.

Este nuevo estado de cosas planteaba una paradoja, que obligaba al trabajador a acceder a ingresos extraordinarios que le permitieran asumir al pago de su salario. Colapsado el sistema de pensiones, y desaparecidos por pura biología los perceptores que podían ayudar a sus familias con el dinero que habían ido acumulando cuando el sistema ataba perros con longanizas, los esfuerzos debían encaminarse hacia otro lugar. El pluriempleo quedaba descartado en una sociedad que ya no pagaba a sus trabajadores por cuenta ajena. La remuneración por especie estaba sometida a la volatilidad. La única opción viable pasaba por la palabra mágica, la más injustamente atacada de todo el siglo.

Emprendeduría.
Podríamos poner de ejemplos a otros muchos pero no seríamos justos con Noah. Noah fue uno de tantos que sufrió de lleno la metamorfosis, así que no pudo librarse de experimentar el desarraigo que se ahorrarían las nuevas generaciones, los contratos sin prácticas disfrazados de contratos de prácticas, los eternos periodos de prueba no remunerados, los falsos autónomos diseñados para estar sin estar pero estando, todos intentos espasmódicos de acercarse a lo nuevo sin molestarse en avisar a lo antiguo. En su pasado irreal Noah pasó de levantarse 1800 euros mensuales en su cadena de montaje, a terminar aportando unos 1500 a su nuevo departamento comercial. Para ello debió de montar en su tiempo libre un negocio de reparto de comida a domicilio, por el cual sus cinco empleados se comprometían a abonarle una cantidad que previa deducción de impuestos, le permitiera sobrevivir.
Podríamos también hablar de estos cinco ramales que surgían de Noah y de sus nuevas obligaciones, pero hacerlo solo nos conduciría a otros 25 más y su particular espada de Damocles, y todo ello nos llevaría a su vez a dibujar un amasijo de ramas infinito, partiendo de un único árbol situado en un planeta deforestado.
Bastaría saber qué así pasaba a funcionar este mundo.

Justo donde comienza esta historia.

Jean Boucicaut

1 comentario

  1. Aun que parece imposible,esto fue un hecho,,que por desgracia sigue existiendo,,,un cuadro o diagrama facilitaría la comprensión del flujo económico,,,agur Pitxy

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