
Esta desconocida mujer nace el veintisiete de julio en 1740, en La Comelle pueblito francés donde pasa los primeros años de su vida. Su padre, Jean Baret, era analfabeto, aunque se cree que su madre, Jeanne Poduard, tenía ciertos conocimientos y la enseñó a leer y a escribir. La familia al completo vive en una granja donde ella colabora en los trabajos cotidianos. A los quince años se queda huérfana, y pasa a servir como ama de llaves en casa del botánico Philibert de Commerson, donde quizá -se desconocen detalles de su vida de entonces- comienza su interés por la naturaleza influida por el botánico, incluso es posible que la crianza en la granja familiar la impulsara la curiosidad.
Poco después, Philibert de Commerson es nombrado botánico real, entablando con Jeanne una relación de pareja, además de formarla en los entresijos de la botánica. El rey de Francia notifica a Commerson que debe embarcar para realizar un viaje expedicionario alrededor del mundo, estudiando la flora de todos los países en donde recalará la expedición. Commerson, se muestra remiso ya que no tiene buena salud para realizar el esfuerzo que supone el trabajo encomendado. La solución es que Jeanne le acompañe en ese largo viaje para servirle de ayuda, además de que confía en su buen criterio y sabe que el interés y las enseñanzas que ha proporcionado a la joven han dado fruto convirtiéndola en una botánica experta. El problema que se les plantea es que las mujeres tienen prohibida la estancia en los barcos, por lo que idean que Jeanne Baret se vista de hombre y de esa forma soslayen la prohibición.
La dificultad cotidiana que supone el disfraz es muy alta, ya que los tripulantes utilizan letrinas comunes. Commerson solicita al capitán que tanto él como el “joven” ayudante que le acompaña puedan usar el excusado de su camarote, de esa forma mantienen el engaño. El capitán del barco expedicionario se llama Louis-Antoine de Bouganville, por lo que cuando se descubre una nueva planta en Brasil, con una hermosa flor, recibe el nombre de buganvilla…
Durante la travesía apenas hay trabajo para los investigadores, pero en las paradas que realiza el barco, salen al exterior con el fin de estudiar la flora de los diversos países que visitan. A veces corren riesgos extremos como ocurre en Rio de Janeiro, donde una tribu nativa asesina a varios miembros de la expedición. Hay expediciones de kilómetros en las que hay que acarrear muchos kilos de plantas, Commerson, al estar delicado de salud, carga a Jeanne con los fardos, lo que lleva a gente que los acompaña a decir que “era la bestia de carga de Commerson”
En la tripulación hay rumores sobre el genero de la persona que acompaña a Commerson, hasta que en Tahití, Jeanne, es descubierta, continuando viaje hasta ser desembarcados en isla Mauricio, donde tienen un hijo que dan en adopción al poco tiempo de nacer. Commerson enfermo de gravedad, muere después de residir unos años en la isla. Jeanne, sola, sin recursos tiene que trabajar en una taberna , hasta que conoce a un oficial de la marina francesa con el que se casa, tornando a Francia con él.
Baret toca tierra francesa en 1776, ha dado la vuelta al mundo, siendo la primera mujer en hacerlo, además mantiene con ella más de cinco mil nuevas especies botánicas que ha estudiado con atención, entre ellas la citada buganvilla que hoy decora patios, calles y hogares del mundo.
El aporte a la ciencia de la naturaleza que realizó Jeanne Baret fue enorme, no solo como colaboradora de Commerson sino que durante los años de travesía y estancia en los lugares que visitaron, realizó casi todo el trabajo de recolección, estudio y transporte de las plantas. Fue despreciada por la sociedad de su tiempo, ninguneada por los historiadores que conceden toda la importancia de las investigaciones al que fue su pareja, obviando su trabajo, máxime al haber mantenido una relación sin casarse y haberse hecho pasar por hombre durante la travesía.
El rey Luis XVI la felicitó a su llegada a Francia concediéndole una pensión vitalicia, que fue el único honor recibido por esta extraordinaria mujer.
Muere en Saint- Aulage el cinco de agosto de 1807.
María Toca Cañedo©
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