La manada y los fuegos fatuos

Lo he leído por ahí y me ha hecho daño. He leído que son jóvenes, alguno hasta guapo ¿cómo van a abusar si no les hace falta? Seguimos sin entender. No es sexo, no es placer. No. Es poder, es ejercer la brutalidad más absoluta sobre alguien que consideran más débil. Es el placer que proporciona la depredación de su furia machuna. Violan, van de putas, humillan, abusan…porque pueden. Si no entendemos eso, nada de lo que hagamos nos hará avanzar. Es la puñetera sociedad patriarcal la que condiciona a pensar que una mujer sola, es presa de ser tocada, manoseada, abusada. Que una mujer con escote es material violable. Que una mujer promiscua es carne de abuso. Que a una mujer libre se la somete y ya está. No es placer. No es sexo, es puro y genuino poder. Nos matan porque pueden. Nos pegan y violan porque hay impunidad. Pueden ustedes despotricar y pedir venganza sobre esos canallas, da igual. Llegarán otros. Mejor luche y trabaje por erradicar el patriarcado y dejen las foticas y los exabruptos. No es venganza, es justicia lo que necesitamos.

No entender que el juego de poder contra el más débil es común al esclavismo, a la prostitución, al abuso, hasta llegar a la violación o al crimen,  juega en favor de ese patriarcado asesino. Perdonen que les diga, pero me suena a pólvora mojada toda esa parafernalia de exabruptos y exhibición de fotos de la manada. Me suena a linchamiento banal, y no es que  no lo merezcan, no. Es que se queda ahí, es que gritamos, exudamos rabia y luego volvemos a tolerar lo intolerable. Y tan tranquilos.

Hace poco en un televisión que pagamos todas, se hablaba de abuso. No comentaré del caso porque con su maestría habitual lo hizo Beatriz Gimeno en estas páginas. El presentador, un sinsorgo  conocido, dijo al terminar, que si a su hija un tipo la tocaba, él, lo  mataba. Y eso no es. No se trata de la defensa de lo «nuestro» «mi hija» «mi hermana es sagrada, tío, si la miras el culo o la tocas, te mato» El patriarcado, el juego de poder de la sociedad, es algo más profundo, más inquietante, subyace dentro de todas/os. Es lo que hace que las víctimas de violencia justifiquen sus actos mientras ellos, se pavonean delante de los amigos, y ninguno ose decirles lo payasos sangrientos que son. Es lo que hace a un juez menospreciar a una víctima de violación por llevar falda corta, o por ser casquivana. O aceptar el seguimiento a la víctima.

Seamos serios por una vez. Castiguemos a la manada, claro que sí, con todo el peso de la ley y de la sociedad, pero avancemos. Es preciso analizar a esta sociedad que le parece lógico que unos tipos cojan a una chica que anda sola y la abusen de forma aberrante, lo cuenten a su grupo y éstos coreen sus fechorías. Porque pasa mucho. Es posible que algunos  de los que me están leyendo, hayan  dicho alguna vez: «La fulanita está follable, es una guarra que se lo hace con todos» Cuando la fulanita se lo hace con quien quiere, no con todos. Porque la fulanita tiene una sexualidad libre, lo cual no quiere decir que sea un semáforo en verde para que cualquiera se sirva.  El patriarcado nos considera algo sin entidad. Tenemos valor en tanto que somos posesión de alguien o representamos a alguien. No hace tanto de los delitos de honor. Mancillar a la doncella era ofender a la familia, y ese era el valor del virgo femenino: el honor reposaba en nuestra vagina. Por tanto se nos respetaba porque «éramos» de alguien. No porque simplemente, éramos. Pasear sola por la noche, llevar minifalda, ser abierta, sonreír, bailar, beber, coquetear, se convierte en deporte de riesgo porque se piensa que damos «facilidades» abriendo paso a lo que llega después. Hagamos autoanálisis en vez de berrear al mundo nuestra indignación. Muchos de los que ayer y hoy pasean la fotica de marras y se escandalizan no pasaban la ITV del análisis feminista. Ni por asomo.

Este caso debiera servir para hacer análisis, autochequearnos para insuflar de una puñetera vez conciencia feminista. O cultura feminista. Y dejemos las foticas y los linchamientos que dan juego a las redes pero mucho me temo que lucen como fuegos fatuos sin ninguna consistencia.

María Toca

Sobre Maria Toca 1538 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

10 comentarios

  1. Perdona que discrepe contigo, oero creo que las fotos y los exabruptos son muy necesarios en este caso porque se está pidiendo respeto para los violadores, se está pidiendo que no se sepan quienes son y por otro lado, se está criticando la vida de la víctima. Como usuarios lo único que podemos hacer es no ver los programas de TV dónde se descalifique a la víctima y hacer todo lo que esté en nuestras manos para que los violadores, cuando salgan libres (porque saldrán, la sociedad los exculpa) nunca puedan llevar una vida normal. Para que nunca olvidemos sus nombres ni sus caras y no puedan tener trabajo, y sea excluidos de la sociedad civil. Y para ellos necesitamos las fotos y los nombre y todo lo que sea necesario.

    • No niego el valor de la revuelta de estómago que produce este tema, Ana, la comparto, creeme. No me gustan los linchamientos,eso te lo confieso. Pero en lo que no creo es en las salvas mojadas. Mucho insulto, mucha castración a los culpables, pero el problema de fondo sigue ahí. Es la permisividad social con las conductas machistas aberrantes. Es que normalizamos el piropo agresivo, el toqueteo en transporte, la mirada ofensiva. Normalizamos que con copas los chicos se vuelven soeces, agresivos, violentos e incontrolables. Mi artículo incide en la lucha, en la autocrítica de todas (hombres y mujeres) sobre la normalización de conductas violentas y abusivas hacia nosotras. Lo de castrar y linchar, me parece primitivo. No quiero ser como ellos, no quiero que les violen en la cárcel, ni les corten el pene. No porque no lo merezcan, es simplemente, porque somo mucho mejores que esas bestias. Gracias por tu colaboración, Ana, saludos cordiales.

  2. Hola , me ha estremecido leer tu artículo, yo también pienso como tu, es una cuestión de educación , y eso va a costar mucho, mucho , y creo que vamos para atras . Tampoco estoy de acuerdo en los linchamientos , me enseñaron que siempre que ser mejor persona y numca ser como ellos , pero también lo entiendo ,pues pocas armas nps queda para luchar.
    Un abrazo desde Catalunya.

    • Así es Olga, pocas armas y mucha rabia. Ver televisión,incluso leer cosas, nos indigna cada día. Debemos trabajar en cambiar esta sociedad patriarcal. @LaPajareraMgzn empeña el alma en ello. Gracias por estar y colaborar. Besos y fuerza

  3. Maria Toca piensas que algún dia esto cambiará a través de la educación? Siento tanta impotencia de ver que en 2017 estemos como en el 1500, han caído demasiadas, se ha dado mucho margen, el avance ha sido mínimo, te planteas una más tiene que sufrir? Una más tiene que morir? Si ellos no hacen nada, tendremos que ser nosotras, de la forma que sea, utilizando los medios que hagan falta ,pero hay que pararlo rápido,a mi no me gusta la violencia, pero tampoco que se lleven por delante a tantas y salir a manifestarnos pacíficamente, todas luchas tienen sus bajas, no quiero más en mi bando

    • Desalienta mucho,Tere, es cierto. Mueren, son asesinadas, violadas…Y lo peor es esta sociedad conformista que consiente y corea . Pero avanzamos, paso a paso, nos movilizamos. Creo que estamos consiguiendo algo importante, implicar a algunos hombres en la lucha. Me siento orgullosa de que en @LaPajareraMgzn hay varios chicos feministas, luchadores. No nos dejes llevar por el desaliento…El futuro es feminista. Cada pasito es un avance. Se lo debemos a las hermanas caídas y a las que vendrán. Un abrazo Tere

  4. Hola Maria, viendo tú articulo y el de Beatriz Gimeno en Ctxt, no necesito leer nada más del tema.Las dos habeis tocado el núcleo del asunto con contundencia y verdad. Está TODO ahí. Gracias.

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