Las elecciones catalanas, una cuestión de Estado

El TSJC se ha pronunciado y las elecciones serán el 14 de febrero invalidando el decreto de la Generalitat que las aplazaba y que partía del acuerdo unánime de los partidos parlamentarios. Las declaraciones de Sánchez y la dimisión de Illa antes de la resolución del TSJC, ya anunciaban el sentido de la resolución. Las elecciones en Cataluña, se han convertido en cuestión de estado y a los jueces, como instrumentos del estado, en protagonistas.

El debate de la fecha se plantea bajo un falso dilema: elegir entre derechos democráticos y salud, como entre salud y trabajo, o cultura y salud… El mismo TSJC que nos prohibió las manifestaciones contra los presupuestos de La Generalitat o el 1 de mayo, ¿ahora dice que defiende los derechos políticos? Detrás de la decisión de los jueces hay las denuncias de 6 personas relevantes de Solidaridad Civil Catalana, al servicio de «el efecto Illa-PSC», y la cobertura que se les daban Fomento, PIMEC, CCOO y UGT.

La operación Illa es la única opción que tiene el estado y las fuerzas que lo sirven para debilitar el independentismo y no sólo los jueces juegan sin complejas, sino que Vox, el partido de un buen sector del régimen, que sí quería el 14 de febrero, anunciaba su apoyo a Illa para hacerlo presidente de la Generalitat. ¿Donde quedan las acusaciones a PSOE-UP de «Gobierno social-comunista»? Está claro que primero, está la unidad de España.

Pero tampoco se puede esgrimir la salud para aplicar restricciones -como hace el Gobierno catalán– cuando no se toman las medidas para protegerla: ni se refuerza la sanidad pública, ni se reducen ratios a escuelas, ni se aseguran las medidas en los centros de trabajo, ni en el transporte público… No renunciamos al ejercicio de los derechos democráticos, de manifestación como lo hemos hecho en el primer estado de alarma en el que eran prohibidos, ni al derecho a voto. Los derechos políticos no se confinan, pero un derecho sin las garantías para ejercerlo tampoco es tal derecho.

Unas elecciones más antidemocráticas. Estas elecciones se hacen en condiciones de excepción: 1) por qué las imponen los jueces con la inhabilitación escandalosa de Torra por una pancarta y quien acaba dictando la fecha son otra vez los jueces. 2) por la carencia de garantías (derecho a voto de la gente que vive en residencias, seguridad de los miembros de las mesas, señalamiento de los «apestados»…) y 3) porque con la excusa de la pandemia los grandes partidos quieren dejar arrinconadas las pequeñas candidaturas, al limitar la acción en la calle, potenciando la presencia en los medios de comunicación donde no tienen cabida, forzando escandalosamente la presencia de Vox y de JXC en los medios, aunque no tienen representación parlamentaria. En las presidenciales de Portugal la abstención ha superado el 60%.

«El efecto Illa» puede funcionar o no, pero aunque gane las elecciones es descartable que pueda conformar gobierno. Todo apunta que será ERC quién lo podrá hacer. Pero un buen resultado del PSOE en Cataluña refuerza el acuerdo de PSOE con ERC: resolver la cuestión de los presos a cambio de estabilizar el estado autonómico. Un pacto que ya ha servido en el gobierno Sánchez/Iglesias para sacar adelante los presupuestos, por ejemplo.

El Gobierno PSOE-UP tiene que tapar la gestión nefasta a nivel central y autonómico de la pandemia, con resultados récords en afectados/as. Ahora con los escándalos de más de 700 cargos públicos que se cuelan para ponerse las vacunas, con jefes del ejército, consejeros de gobiernos autonómicos, alcaldes y regidores, obispos… e incluso encontramos una coordinadora de IU y sindicalistas. La corrupción y la impunidad, una y otra vez. Que tiene que tapar una crisis galopante, con un grave empobrecimiento de la clase obrera y de las clases populares, mientras el dinero de Europa irá a las grandes empresas. Que tiene que tapar las vergüenzas de un régimen en crisis, ahora con un nuevo zarandeo Villarejo y el enésimo escándalo de los Borbones.

Con la pandemia y las vacunas se acaba de demostrar que primero son los bolsillos de los poderosos -farmacéuticas en este caso- que la vida de la gente. No hay solución a la pandemia y a la crisis económica que avanza, sin cuestionar los intereses capitalistas (patentes, farmacéuticas, sanidad privada), poniendo todos los recursos al servicio de la vida y del trabajo.

Del mismo modo que no hay solución democrática para los pueblos sin acabar con el régimen monárquico que heredamos de Franco, la Monarquía corrupta y represora. Avanzar hacia la doble ruptura es inaplazable y construir las fuerzas para llevar adelante esta lucha es la tarea más urgente. También la única manera de afrontar estas elecciones.

 

El compromiso de Lucha Internacionalista es defender la imprescindible independencia de clase de la coalición, para estar incondicionalmente junto al pueblo trabajador, en defensa de los puestos de trabajo y salarios, contra despidos y precariedad, por pensiones públicas y dignas, por una sanidad, educación y servicios 100% públicos, contra los desahucios por el aumento del parque público de vivienda con expropiación de grandes tenedores y fondos buitre, por una regularización ya, para acabar con las subidas y cortes de luz y gas con la nacionalización de las energéticas y la banca…

¡Por una República Catalana de los y las Trabajadoras!

 

Lucha Internacionalista

https://luchainternacionalista.org/spip.php?article4124

 

 

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