26-7-2024
Después de todo, todo ha sido
nada,
a pesar de que un día lo fue
todo.
Después de nada, o después de
todo,
supe que todo no era más que
nada .
En vida de José Hierro
A la frondosa higuera del jardín del Antic Teatre de Barcelona
Pero ¿ qué habéis hecho de mí?
que en este edénico jardín del Antic Teatre de Barcelona
entre risas, bromas y muchas mentiras piadosas,
mientras, bebo un beatifico cafetito, salvado de los abrasadores ardores del infierno
gracias a las bondades de un hielo glacial vertido a su debido tiempo en él.
Bajo un cielo azul y a la sombra de esa higuera llena de vida,
unos picaros gorriones, doctores
en ese saber que nos habla
de los sorprendentes cambios que el mal
en el mundo acoge,
y que acudían golosos a picotear
los dulces y jugosos higos
que colgaban de la higuera
como una clara promesa de libertad,
crotoraban como si fuesen cigüeñas,
con insólita insistencia a quien les quisiera oír,
que sabían y no querían callar,
que habían vuelto a sentir,
volando sobre los campos y campamentos
de la masacrada Gaza,
el viejo olor a carnaza quemada que sintieron,
cuando migrando de la recién nacida Israel hasta la engreída Alemania nazi,
sobrevolando el humo que salía
de los hornos crematorios del desolador
campo de exterminio de Auschwitz,
y crotan con total convicción
que eso era así gracias al invento,
este siglo XXI,
del practico paquete que junta,
muerte por inanición junto a incineración
a cielo abierto,
de todo tipo de seres humanos,
hombres, mujeres y niñ@s,
ideado por los ingenieros
de unos hijos de Caín con kipa,
ayudados por la siempre generosa complicidad para el crimen,
de los EEUU.
Y yo que no soy ni muy ciego,
Ni muy tonto,
Ni tampoco antisemita,
aunque alguno eso diga,
Y que hace tiempo dejé abandonado tras la puerta de mi casa santanderina, hoy okupada, un pequeño caballito de cartón prensado
que me compró mi familia,
aunque ellos me dijesen que me lo regalaron
los reyes magos de oriente,
os pregunto de nuevo:
Pero ¿ qué habéis hecho de mí?
convirtiéndome en un payasete triste,
qué ríe cara a la gente y entre risas, bromas
y muchas mentiras piadosas,
disfrazado de lo que no soy,
para así espantar mis males,
paso el tiempo bajo la sombra
de esta guardiana y majestuosa higuera
del jardín del Antic Teatre de Barcelona
que escucha día tras día,
canciones de libertad?
Enrique Ibáñez Villegas
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