
«Ya no pisaré aquellos lugares gitanos de antaño»
Oh, amigos, ¿os gustaría conocer nuestra vida,
la auténtica realidad gitana?
Sé que no me creeréis,
pero, por favor, escuchad este canto
y sabed que ni una sola palabra es mentira.
Yo canto cómo mi madre pasaba penurias.
No volveré a los bosques negros,
¡creedme, que muera si miento!,
donde los gitanos solían ir
por ese camino… ¡maldito sea!
Los pobres gitanos crecieron allí. ¿Dónde estuve?, no voy a decirlo.
Allí me crié, allí nací.
En mi vejez
he aprendido a ser sensata.
No volveré a pisar
donde estuvieron los gitanos bajo la oscura noche.
Donde los niños escuchaban
el canto nocturno de los pájaros de la muerte…»
Poema de Papuska.
A veces nacer artista es fuente de dolor. Eso pensó la mujer que hoy contamos. Hubiera preferido ser común, no salirse de la norma, no tener nada especial que la distinguiera.
Bronislana Wajs, ese fue el nombre que la dieron al nacer, lo que pasó es que era una niña tan hermosa que pronto la llamaron Papuska (muñeca en caló) La fecha de su nacimiento no es segura porque la gente del tabor (cadena de carromatos gitanos) paría donde podía y a veces no se acordaba de concretar la fecha. Cosas de la vida errante. Se supone que nació un diecisiete de agosto, de 1908, o un diez de mayo…en Sitaniec Voivodato, o en Lublin, Polonia. Su madre se llamaba Katarzyna Zielinka. El padre, al poco de nacer Papuska fue deportado a Siberia, acusado de robo, donde murió. La madre contrae pronto nuevo matrimonio con Jan Ways, un tipo borracho, jugador y pendenciero, que a la vez que hizo cinco hijos a la madre, maltrataba a Papuska de forma constante.
Su vida se desarrolló entre ambas guerras europeas, cuando el pueblo romaní no tenía más patria que la naturaleza ni más casa que el carromato del tabor, o el cielo bajo el que se refugiaban con sus cantes y bailes. Siendo niña mostró un extraño interés que dejaba perpleja a su familia, porque Papuska quería aprender a leer, cosa que era considerado casi una traición a las tradiciones romanís, algo innecesario porque la tradición oral mandaba y la vida se vivía, para qué contarla, debían de pensar no sin razón. A veces cruzaban los campos pero al llegar a las ciudades, Papuska, a escondidas de su gente, ofrecía a niños de la zona regalos a cambio de que la enseñaran los rudimentos de la escritura y lectura. En poco tiempo aprendió sin pisar jamás una escuela. Años después lamentaría agriamente haber quebrantado la tradición porque una vez sabiendo leer y escribir, a Papuska le salieron unas alas y un talento del que ya no pudo huir y con ello se labró mucho dolor, el que sucede cuando te conviertes en extraña para tu gente.
A los dieciséis años, hermosa y con una voz aceptable con la que cantaba en los lugares donde acampaban , la obligan a casarse con el hermano del padrastro, Dionizy Wags, veinticuatro años mayor que ella y al que nunca amó. Vestida con las galas de novia se percibía que no era más que una niña caminando hacia el tálamo desgraciado de un esposo brutal que jamás entendió el talento de la joven. Papuska cantaba sus propias canciones, el marido tocaba el arpa. Pronto le imitó, aprendiendo de oído a tocar el instrumento, incluso tocaba la guitarra acompañando sus letras. La maldición de la infertilidad la condenó a más humillaciones, porque una mujer romaní debe parir hijos para ser tenida en cuenta. Dionizy, le acusaba de su esterilidad a la vez que humillaba su talento.
Llega la guerra europea mientras ellos siguen caminando atravesando países en llamas, hasta llegar a Mazuria y Pomerania. Los ojos de la poeta contemplaban el horror de la guerra mientras huyen del genocidio infringido a su pueblo por los nazis. Un día, entre un montón de cadáveres, la Papuska, descubre a un bebé que de forma milagrosa se mantiene con vida. Siente que es el milagro con que se premian sus oraciones y el matrimonio lo adopta. Le dan el nombre de Tanzanio y le criará como al hijo que nunca parió. Es un regalo para ella, que calma en parte el ansia del marido por tener descendencia.
Su voz, sus poemas son escuchados por el escritor judío Ficowski que se ha refugiado entre ellos huyendo de la Gestapo porque además es partisano del ejército popular polaco. Ficowsky, la escucha cantar y al conocer que los bellos poemas que recita son suyos, queda prendado de su talento y de ella también. Poco después muestra las composiciones de Papuska, al importante autor polaco Julian Tuwim, quien decide buscarle editor deslumbrado por la grandeza del talento de la joven.
Papuska, escribía con enorme belleza sobre el dolor ancestral del pueblo romaní, sobre sus amarguras cotidianas, sobre la visión de la soledad que produce un alma excelsa entre personas que no lo entienden. Sus poemas cuentan también las penurias que cruzan a una hermosa raza despreciada por todos.
Cuando la guerra termina, el nuevo gobierno socialista decide integrar a los gitanos en asentamientos donde tengan casas, escuelas y ciertas comodidades. A Papuska, le parece perfecto que los niños tengan lo que ella tanto ansió como es una escuela donde aprender a leer y escribir, además de un techo de verdad que cubra sus cabezas. Colabora activamente con la decisión gubernamental de la creación del kolgós de Gorzow.
La gente de su tabor, aunque se asientan en los nuevos poblados, muestran la desconfianza que les produce perder las tradiciones errantes y de libertad que han tenido. La acusan de con sus escritos desvela las interioridades del sufrimiento del pueblo romaní y de sus ancestrales costumbres. Viraron la rabia hacia la mujer que destacaba por su arte y talento llenándola de desprecio.
Cuando Papuska publica su primer libro de poemas, en 1950, el desprecio de su gente es tan evidente que la hiere profundamente, pero ya no puede parar de escribir ni de leer. Su talento es un torrente sin posibilidad de retroceso. En 1951 una revista polaca la saca en titulares resaltando que es la primera mujer gitana que es poeta, que publica su obra siendo admirada por el mundo intelectual.
En 1953, el consejo de ancianos de su kolgós, la juzga traidora a su pueblo siendo expulsada junto a su familia del poblado que habitan. En 1956, publica una antología, por lo que de nuevo el pueblo gitano la tilda, de forma oficial, como “infame”. En 1973 vuelve a publicar Canciones halladas.
Aislada de su gente y su pueblo, condenada a un ostracismo perpetuo, cuidando de un anciano marido y de otro familiar enfermo, pasa los años con amargura porque su talento y el triunfo obtenido le han causado dolor, separándola de sus raíces y de la gente que conforma su pueblo.
Muere en soledad un ocho de febrero de 1987, en Inowroclaw, quedando para siempre el recuerdo y la gloria de esta genial mujer a la que su talento condenó a la infamia de un pueblo que no supo ver lo que con esa condena perdía.
Hoy es reverenciada por el completo del pueblo romaní y de cualquiera que se acerque a su hermosa y desgarrada poesía.
Maria Toca Cañedo©
Volúmenes publicados por Papuska.
(Traducidos todos del romaní al polaco por Jerzy Ficowski)
- Pieśni Papuszy (Wrocław, 1956),
- Pieśni mówione (Łódź, 1973),
- Lesie, ojcze mój (Warszawa, 1990).
Traducido al castellano
- Papusza (2019). Lesie, ojcze mój (Amelia Serraller Calvo, trad.) [El bosque, mi padre] (en polaco-castellano). Madrid: Torremozas.
Premios
- Lubuska Premio de la Cultura (1958);
- Premio de la Cultura «Nadodrze» (1978);
- Premio Gorzowska (1978).
- En 2013 se estrenó una película basada en su vida, titulada Papusza y dirigida por Joanna Kos-Krauze y Krzysztof Krauze.32 La película fue candidata a obtener un premio Goya en 2016.4
- En el museo de Auschwitz se expone el poema de Wajs Lágrimas sangrientas junto a una foto de la autora.1
- La casa donde vivió y murió Papusza al final de su vida, en Gorzów Wielkopolski, fue señalada con una placa conmemorativa y en 2008 se colocó una estatua de la poeta en un parque de la localidad
https://www.rtve.es/play/audios/gitanos/gitanos-papusza-poetisa-gitana-300717/4141124/
https://www.youtube.com/watch?v=3sKVpjU5mW8
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