Revilla y el populismo

Para muchos ciudadanos Miguel Ángel Revilla, actual presidente de Cantabria por un partido regionalista, es el prototipo de político populista, pero yo me pregunto si tal calificativo no encaja mejor en una sociedad que posibilita la carrera política y la popularidad del propio economista cántabro. O mejor aún, si el populismo actual no es cosa de ambos – presidente y ciudadanía –situación de la que Revilla se beneficia ante la falta de liderazgo de los dos grandes partidos en su Comunidad, aunque no obtenga mayoría en las urnas. Incluso, aunque no carezca de luces y sombras en su trayectoria política.
De todos es sabida la capacidad comunicadora del amigo Revilla, no escapándosenos cómo las cadenas de televisión de cualquier signo echan mano de él para recuperar audiencias perdidas. Al parecer, sus entrevistas sobre los más diversos temas compiten con ventaja con las intervenciones de Belén Esteban, Bertín Osborne y sus concursos televisivos. Incluso hay quien asegura que entre esas intervenciones más la publicación de sus libros con llamativos títulos, portadas y, por supuesto, contenidos, le permiten ser poseedor de una saneada fortuna, que la política no le ofrecería. En una de esas cadenas televisivas, y en horario de máxima audiencia, contó la otra noche la siguiente anécdota como “cuestión de orden”, antes de ser iniciada su entrevista propiamente dicha.
Haciendo mención, como premisa fundamental, de su participación en tal magazine “sin cobrar un duro, sino unicamente los gastos de desplazamiento, hotel y transporte interno”, contó como, tras charlar con el taxista que le llevó del aeropuerto al hotel y bajarle éste su maletín del portaequipajes, le pidió hacerse con él una foto. El gesto fue seguido por un grupo de viajeros que salían en ese momento del hotel y le pidieron también imitarle, a lo que accedió gustoso el presidente. Hasta que éste se dio cuenta de que, con el lío de las fotos, el taxista se había marchado sin que Revilla le hubiese abonado el trayecto, por lo que aprovechó la ocasión para hacer un llamamiento por ese medio televisivo para anunciar a Santiago López – cuyo nombre había memorizado por el cartel interior identificativo –, el conductor, que dejaba en la recepción del hotel los 35 euros del trayecto, 30 de la carrera y 5 de propina.
Cuando aún no había concluido la entrevista, entró el taxista por llamada telefónica al programa para aclarar a Revilla que, al verle rodeado de tantas personas en la puerta del hotel, le había dado vergüenza reclamarle el trayecto, al tiempo que anunciarle que ya lo había cobrado en la recepción del hotel. ¿Qué mejor oportunidad de ganarse la simpatía del público en “prime time”? ¿Quién es el populista, el presidente cántabro, o los miembros de esta sociedad que compite por hacerse una foto con él o con David Bustamante?
EUSEBIO LUCÍA OLMOS
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EUSEBIO LUCÍA OLMOS es graduado social y diplomado en Relaciones Laborales, profesión a la que ha dedicado toda su vida, tanto en entidades públicas como en empresas privadas. Su aproximación académica a las ciencias sociales y humanidades le acercó al estudio del movimiento obrero en nuestro país, así como a la importante contribución de éste a la historia nacional. Esta dedicación ha tenido también su correspondiente proyección literaria, con intención de acercar al gran público hasta una serie de importantes e interesantes hechos históricos. Hasta el momento ha publicado múltiples relatos y artículos en diversos medios, el capítulo sexto de la Historia del Socialismo Español (1989-2000), que inició el profesor Tuñón de Lara, y una novela larga (“Cosas veredes”, Endymión, 2009), sobre la huelga general revolucionaria de 1917.

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