Vivimos tiempos raros

Prefacio:

 

Warner Music y Virgin Record son dos discográficas multinacionales que mantienen estrecha relación entre ellas. No me pidan que la cuente aquí; no es el lugar apropiado pero busquen información, no es difícil si tienen paciencia para no perder el hilo en un sector laberintico como es este. Solo una pista: hasta el año 82 los discos de Virgin los distribuía Warner en América; tiren de ese cabo de la madeja ¿Saben quien ha organizado el concierto de Cúcuta? Richard Branson, capo de Virgin. Y ¿Saben cual es la discográfica de Alejandro Sanz, Miguel Bose, Carlos Baute y unos cuantos más que han participado en el concieto? Warner Music. Que les aproveche, amiguitos …

 

Vivimos tiempos raros.

En un remoto lugar artistas millonarios colaboran a la construcción del caballo de Troya de Trump y quienes le mandan, participando en un concierto que llaman solidario y es, en realidad, la trompetería que precede a la intervención -en formato, por ejemplo, fuerza internacional de protección al pueblo venezolano o mandangas de parecida jaez- para derribar un gobierno, quizás corrupto, que se niega a entregarles el petróleo, el oro y el moro. Todo más viejo que la tos.

Un tal Guaidó aparece entre la multitud y se marca unos bailes. Chévere

Esto de los conciertos es invento más bien de la izquierda (ya recordarán por ejemplo aquel Live Aid de Bob Geldfof del 85 en favor de las gentes de Etiopía y Somalía) pero, como todo se vuelve reciclable -o, más bien manoseable- a lo de la frontera Venezuela-Colombia también le han llamado Live Aid. La diferencia es que en lo de Geldof había rockeros de postín y en Cúcuta la musiquilla es tirando a hortera y, comandados por el sinvergüenza de Richard Branson que hace negocios con lo que sea incluida la miseria, prestan su entusiasta colaboración, entre otros, un tal Carlos Baute, bocachancla que ya hizo pareja aquí con nuestra patriótica Marta Sánchez, la llorona del himno infumable recordarán sin duda, y otros como Miguel Bosé o Alejandro Sanz que residen allende los mares no sea que el fisco español les trinque; seguro que ya están pensando en un Live Aid en Melgrar de Fernamental o por ahí contra la violencia machista o tal vez contra los desahucios y los fondos buitres, no les quepa duda.

 

Mientras, aquí nos entretenemos con encuentros en la tercera fase (léase Colón) de unos alienígenas -ya saben “hay otros mundos pero están en este” que decía Éluard- para denunciar felonías y eso. Y, siguiendo la moda, reeditamos la épica y, si cuando entonces Rosa María Mateo, periodista honesta, se convirtió en la musa de la democracia leyendo un manifiesto de condena del 23F ante cientos de miles de madrileños, ahora es una nueva Ángela Davis pero con el culo blanco, María Clavel por bonito y españolísimo nombre que arrastra de tertulia en tertulia, quien reedita aquéllo henchida de ardor patrio y lee en presencia de unos cuantos una cosa llena de mentiras que después repetirá el coro hasta la náusea.

 

Lo dicho, vivimos tiempos raros.

Juan Cabrera Padilla

 

 

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