8 DE MARZO…¿y de qué te quejas?

Fecha en que celebramos el regocijo de ser mujer. Fecha que seguimos oyendo que los hombres no tienen día. Fecha en que escuchamos, “que ya total para qué, si tenemos todos los derechos del mundo y más, fíjate en la ley de violencia de género, si es que las mujeres no sé de qué os quejáis porque la violencia es violencia y ante todo somos personas humanas”. Y a ti te encontré en la calle.

Todo esto y más, escucharemos este día. Lo haremos, al principio con estoicismo, con calma para que, según vayan pasando las horas, se nos inflen un poco las gónadas y salpiquemos la ira acumulada a lo largo de siglos de lucha desmedida. Y contestemos mal. Lo cual acarreará la consabida: “a ti lo que te hace falta es un buen polvo, regla ya no, pero hija mía, mírate esas hormonas que la menopausia te trata fatal”. Y similar. Eso si no te dicen: fea, amargada, rubia, camionera, putón, zorra. Eso si no callan y te ignoran o te ningunean.

Es un día en que las cifras nos calzan con zapato estrecho. Las muertes que llevamos, las denuncias por maltrato, las no denuncias por maltrato, las calladas vejaciones diarias a las que nos somete la publicidad, el cine, determinada prensa, que va socavando como gota asesina nuestro convencimiento y autoestima. Esas notas a pie de la página de la vida, que nos dicen que valemos lo que vale nuestro físico para el macho. Nada, si no eres joven. Nada si no tienen buenas tetas. Nada si no eres delgada o un pivón. No vales nada, porque ELLOS, son los que te dan valor con su deseo, no tu trabajo, no tu valía, no tu inteligencia o esfuerzo. No, son ellos, cuando te desean los que te dan entidad.

Además de todo eso, en los últimos tiempos notamos como un encrespamiento  de la caverna, un levantamiento de testas que hasta hace poco aparecían devastadas por el futuro. Y no, ahí siguen, han tomado aire, extienden el pulmón y gruñen más de la cuenta. Esa iglesia casposa que saca las fauces sin cesar. Esa permisividad ante argumentarios sonrojantes , incluso de intelectuales (ay, Marias, Azúa, Pérez Reverte…ay) Esos procelosos parlamentarios polacos. Podría seguir hasta la extenuación.

En estos momentos, en algún lugar de la geografía patria hay una mujer humillada por el hecho de serlo. Hay mujeres que callan ante el grito, los celos, la palabra soez, la vejación, el: ponte escote para que tomen copas, bájate esa falda, a donde crees que vas, que pareces una zorra barata, déjate un poco, tontina, si ni te vas a enterar, tú calladita estás más guapa, no vales para nada sin mí, que suerte has tenido de encontrarme porque para lo que vales…Tú, chica, mejor busca un marido y deja de hacer el tonto por ahí. Pero ¡vas a ir tú sola de viaje, de cena, al cine, a la opera! Podría seguir hasta el aburrimiento. No lo haré, porque en la cabeza de las lectoras hay más cosas y quizá más fuertes.

Por eso, hoy, ocho de Marzo, sigue siendo imprescindible que las feministas levantemos la voz con radicalismo, sin concesiones. Incluso el puño y el yunque, si hace falta y claro que somos personas, y que hay violencia hacia el hombre y que hay hombres sojuzgados. Pero, fíjense, todo lo expresado y más que callamos, nos lo hacen por el único y exclusivo motivo de ser mujeres. Y personas también.

 

#MariaToca

 

Sobre Maria Toca 1687 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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