Crónica de una marcha  esperada

 

Sí, esperada y anunciada desde hace tiempo y no por ello menos amarga.  Podemos sale de la confluencia de Sumar y lo anuncia, precisamente el día seis de diciembre cuando se ¿celebra? la descalabrada Constitución del 78.

Dije en mis redes que iba a mantener la equidistancia y van a ver que no es cierto. No es que mintiera cuando lo escribí, es que me lo creía yo. Un amigo me interpeló con la verdad, y es que no soy persona de equidistancias, aunque espero serlo de análisis y de honestidad. Suelo tomar partido, aunque analice, o lo intente al menos,  las causas y consecuencias de lo ocurrido con total honestidad. Me equivoco, seguro que con frecuencia, pero jamás utilizo mis escritos para manipular o tergiversar.

Y sí, tenía razón el amigo. Voy a intentar analizar de forma lo más objetiva posible esta marcha o huida hacia adelante o hacia el abismo porque una no sabe ya…

Cuando se estudie la etapa del segundo decenio del siglo XXI se nombrará a Podemos como adalid y ejemplo de una gesta singular. Y admirable. Un grupo de jóvenes con experiencia activista y política de base, aunque la mayoría, pasados por Ciencias Políticas de la Complutense,  recogen las resmas del 15M y en el Teatro del Barrio (ese teatro será monumento del futuro, verán)  un frío catorce de enero de 2014 fundan un partido de descamisados/as, coleteados, rastas de hombres y mujeres que se propusieron cambiar el bipartidismo, voltear la política española y llevar a las instituciones a la gente de a pie. La calle por fin iba a tener voz. La casta (ah, esa casta tan denostada pero tan golosa) iba a recibir un empujón de tormenta juvenil y callejera.

Cuando en la noche de las elecciones europeas soñábamos con colocar dos diputados en Bruselas y escuchamos que eran cinco,  mi emoción fue similar a la del lejano 28 de octubre de 1982, cuando un tipo que hasta entonces llevaba chaqueta de pana, patillas de bandolero y boca golosa, se asomó al balcón de Moncloa proclamando que el socialismo tomaba el poder en el feudo heredero del franquismo. Las lágrimas nos atragantaron el cava. Pues lo mismo sentimos con Pablo Iglesias anunciando el puntazo de Bruselas.

Y de ahí hasta la ebullición. Estuve al año siguiente, enero del 2015 en Sol, cuando un millón de personas nos arremolinamos para escuchar a la gente que nos entendía, que hablaba como la gente de a pie…Aunque para entonces ya existían fisuras y remiendos que pude constatar en el viaje y en las providenciales palabras y enseñanzas de mi añorado y recientemente perdido, Luis Buenaposada.

El triunfo emborracha. El triunfo rapido anula la mente y más cuando se ha pasado poco de los veinte años. Con el éxito , comenzaron las pulsiones ególatras, las laminaciones desde Madrid, porque o ganaban los que ellos querían -ellos, los que ahora disienten y los que lloran porque no se les tiene en cuenta- o se rompía la baraja. Poco juego democrático vi. Poca democracia interna palpé  quizá porque  el éxito no dejaba madurar porque solo se aprende en la brega desde abajo y con  fracasos bien asimilados.

También constatamos que a partir de entonces, comenzó una guerra cruenta que no hacía prisioneros para cazar al podemita. Lawfares terribles, campañas de prensa deleznables en donde no se respetó ni a los bebés de Montero/Iglesias, campañas infamantes que debieran sofocar de vergüenza y llenar la cárcel con periodistas malvados y medios perversos. Eso…y la lucha interna, las traiciones, deserciones, peleas de ínfima calidad por un puesto, por un corrimiento de silla, por un mato si no hay cargo para mí y los míos.

La guerra externa hacia Podemos ha sido cruel, infame y nos deja a la altura del betún como sociedad. La guerra interna ha sido cruel, fratricida y les deja a la altura del betún como activistas de la política. No, ni el periodismo español, ni los jueces que admitían a tramite falacias que herían los ojos, ni los medios de prensa y audiovisuales, estuvieron a la altura de un país democrático y civilizado. Las guerras, las actitudes, las prepotencias, las putadas internas, tampoco.

Y Podemos, el glorioso Podemos que miraba al PSOE a los ojos, frente a frente y casi lo borra del mapa comenzó el descalabro. El Podemos glorioso que cruzó con paso firme el Parlamento español en 2015 con la gente de la calle, preparada, joven, ilusionada e ilusionante, comenzó a descomponerse como manteca al sol.

A Podemos, como nueva formación que nace se acercaron  gentes muy valiosas, luchadoras sinceras y activistas honestas pero también, las remoras que el resto de partidos habían excretado. Pánfilos narcisistas con ansias de poder. Perdedores amargados porque no hay sitio en el mundo en el que quepa su valer y su sapiencia y derraman amargura y mal trato por doquier. Libertarios de chiste que propugna una sociedad estaliniana siendo ellos los jefes supremos al estilo de Kim Yoon Ung y arribistas variados que llegan arrasando con el idealismo y la honestidad de la militancia de base que ha bregado sin lucimiento pero que se da cuenta de lo mucho que gustan los entorchados a los recién llegados. No falla, quien más quiere lucir en la foto, en los medios…es quien menos trabaja o lucha. Este axioma no falla nunca. Compruébenlo.

 

Toda esa recua que llegó a Podemos y que no solo no fue frenada por la dirección, sino que se le alentó, se le dieron cargos -en muchos casos laminando a la gente honesta  elegida en primarias legales que se  ninguenaban desde Madrid- se  premió a las remoras y se potenció su agresiva forma de hacer política. Y comenzaron los escándalos. En Cantabria sabemos algo sobre ello… fíjense que todavía colea.

Sonrío cuando me dicen que el culpable de todo fue el Sumo Traidor (Errejón, para los amigos) olvidando que el jefe supremo no era Errejón, era quien ha salido pitando cuando la política le dejó de divertir y se aburrió, fundando Canal Red con amigos que no le cuestionan. El jefe del cotarro siempre fue Pablo Iglesias y su staff del que formaba parte Iñigo Errejón que fue expulsado al descubrirse la conspiración contra las directrices y el mando de Podemos, no por ser manipulador, autoritario o gestionar mal. Debe quedar claro que fue expulsado por traidor a la jefatura de Podemos. Por tanto, si el mal lo hizo Errejón algo sabría el jefe ¿no creen?

La respuesta ciudadana fue una perdida de votos paulatina. De elección tras elección se fueron cayendo votos de forma inexorable hasta llegar a las últimas municipales en las que el descalabro fue monumental.

No entendí el porqué del enfado entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, o el desentendimiento;  alguna vez espero leer o escuchar algo coherente que me lo explique. Quizá tiene razón Enric Juliana cuando apunta al desfase de Magariños como inicio del desencuentro que ahora se consuma. Lo que fue duro de escuchar fueron  los exabruptos  vertidos en un mitin que me dejaron sin aliento y con ganas de dar alguna   colleja a Iglesias por aquella bronca brutal.  Que no es que me sorprendiera porque algo había leído y escuchado, por boca de Vallín del desencuentro.  Vallín, antes amigo -recuerden qué leía Iglesias cuando se cortó la coleta- condenado al averno por decir lo que luego fue verdad olvidando que un periodista se debe a su profesión ante todo, y si sabe algo debe contarlo, por mucha amistad que medie. Escuché de su boca las respuestas de Pablo Iglesias y rayaban en la sicopatía de neurótico perdido. Como fue la respuesta dada a Maestre, y la acusación de vendido por seguir en la Sexta, cosa discutible y que es posible que yo no hubiera hecho después de descubrirse las mafiosas practicas de ese bicho malo que es Ferreras, pero, reitero como con Vallín, un periodista se debe a su profesión y no siempre se tiene ocasión de trabajar con gente honesta. Como se deben a su profesión Ana Pardo de Vera o Carne Cruda y  merecen la condena feroz de las redes fanatizadas. En serio, ¿No son demasiados enemigos traidores infames? No sé que pensarán los integristas de Podemos de la gente que ficha en cualquier banco o empresa del IBEX. 

Ese integrismo, esa pureza de izquierda soñada que pedían a los demás,  nos levantó ampollas cuando los/as ministras de Podemos siguieron sentadas en la bancada azul después de la venta socialista del Sahara, compadrearon con Marlaska, después del crimen de Melilla y tomaron copitas en camaradería con Margarita Robles, además de aplaudir con vigor (Ione Belarra, antes de recibir mandato de no hacerlo) a Zelenski cuando poco después su partido y Canal Red  se postularon como neutrales en la guerra ucraniana.

Esas mismas personas que participaron de un gobierno socialista donde se rozó con fineza una social democracia justita,  acusan ahora del compadreo de Sumar con el PSOE. Me parece, cuanto menos como argumento, pobre. Muy pobre.

Es inaudito que se firmara un pacto, se fuera a una elecciones  y justo al comienzo de legislatura se rompa lo pactado y  conviertan a los cinco diputados en tránsfugas, porque eso es lo que son. El argumento de limpieza, de querer mantener las esencias, no cuela, cuando todas sabemos que con un ministerio, con uno solo, se hubiera arreglado la disidencia y se seguiría tragando con las políticas del PSOE, de Marlaska y sus secuaces apaleando hasta la muerte a inmigrantes en Melilla, vendiendo al mejor postor al Sahara y similar.

Con un ministerio…que todas sabemos para quien. Porque se ofreció uno  Nacho Álvarez, militante de Podemos, y no se aceptó. Es decir, no es ni tan siquiera por los cargos…es porque Irene Montero se queda sin cargo.

Cosa que no debería haber ocurrido, más por empeño y por la guerra que la ministra ha sufrido,  y que me encantaría que Yolanda Díaz explicase. ¿Por qué no dio el puñetero ministerio a Montero? porque con eso, ustedes y yo sabemos que hubiera habido paz y calma.

Les diría que estos movimientos son muy feos. Les diría que quien vino a renovar y renovó, que no se lo niego, al contrario, jamás debería caer en estos perturbadores tics de poder. Aunque fuera solo por estética. Queda tan feo enfurruñarse por un ministerio. Es tan triste que produce desolación.

Me precio de tener amigas en Podemos, como las tengo en el PSOE, y me consta que este escrito me va a granjear enemistad,  me duele porque el implicarme y referir lo que he sentido y lo que he ido percibiendo a lo largo de años de cercanía y escucha, es doloroso para mí también. Muy doloroso pero obligado por responsabilidad personal.

Creo que la política es difícil,  como en cualquier profesión, hay que tener unas capacidades concretas. De conciliación, de relativismo ideológico -la política es el arte de lo posible, de transigir mucho, de tragar bastante y de bastardear un poco- del pacto y del posibilismo. La política española está tan al borde del abismo que  entiendo los peligros que se corren cuando el fiel se desliza un poco hacia la izquierda. Venimos de donde venimos. Nuestro sistema nació de una dictadura triunfante. El jefe del Estado fue nombrado por un dictador que murió en paz en su cama, no fue colgado de un cableado eléctrico como Mussolini, y los estamentos del Estado (judicial, económico y algo el legislativo con esa derecha irredenta) son fieles a ese poder fascistoide barnizado de democrático pero con capa muy fina. Me consta, porque lo he visto de cerca, que los/as políticas de izquierda en España, no es que sean cobardes o manipulabes, es que se enfrentan a poderes ocultos que intimidan más de lo debido. Iglesia, judicatura, IBEX…poderes que no se ven pero se sienten  y que han invertido buenos dineros en comprar unos medios, soeces en su mayoría, que educan y doman a la opinión pública.

Solemos acusar a la clase política de cobardes, vendidos y conciliadores. Yo creo que quien es esas cosas tan feas es el pueblo español, que en su conjunto se comporta como ovejitas balando al compás de lo que el capitalismo quiere. Por eso, justamente por eso, la deserción de Podemos en tan dolorosa. Los necesitamos en el Parlamento, los necesitamos en la calle. Los necesitamos en la brega diaria. Y los necesitábamos en el gobierno.

Esto de ahora, creo, que los lleva directos a la desaparición o a ser residuales. Y es un lujo que el pueblo español no puede permitirse.

María Toca Cañedo©

Sobre Maria Toca 1687 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

6 comentarios

  1. Maria gracias por tu artículo. Lamento la realidad que expones porque duele la pérdida de esperanza y confianza. No es nuevo y se vió venir desde el principio sobre todo si has vivido situaciones similares. El fondo merecía la pena pero las formas delataron ese adanismo que en política llevan al fracaso, porque es una conquista del dia a dia y paso a paso. Reviví la victoria del 82 con actitudes similares. El líder tiene que tener la cabeza muy serena porque los que se pegan a la victoria no siempre son deseables. En fin, Maria, una vez mas felicidades por tu capacidad para poner letras a lo que pienso y siento.

  2. María, suscribo tu artículo-reflexión desde la primera letra hasta el punto final. Jesús Gutiérrez Diego en el exilio de las Islas Canarias.

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