…Dejadnos vivir

No acertamos nunca, pero nunca. Resulta que se ha formado tangana porque la ¿ingenua? de Cristina  Pedroche coloca foto de cuerpo triscón a las tres semanas de dar a luz, con comentario sobrado. Que sí, que no se debe dar imagen de privilegio al resto del mundo que anda renqueando entre hipotecas desatadas, lloros de bebé primerizo, malas noches y el desfalco emocional que surge al parir. Lo que ocurre es que quien se asoma a esas redes lo hace precisamente porque la que se expone es privilegiada. Claro que según y como.

Cristina Pedroche, que se sepa no ha heredado, ni ha robado nada. Tanto su casa, su asistenta, sus lujosos outfits, son fruto de un trabajo muy bien pagado. ¿No habíamos quedado que gozar de lujos y ser de izquierda era compatible? ¿O eso solo queda si resides en Galapagar? Por tanto, si la Pedroche tiene lo que tiene, suyo es. Podremos criticar lo injusto de ganar cien veces más que una médica, por decir tonterías en la tele y por hacerse fotos chulas, pero es lo que hay, y las que la critican, la ven, con lo que colaboran en su dispendio.

Resulta que la chica tiene buena genética y recupera el cuerpo pronto. Y ahí se monta la mundial. Porque según algunos comentarios leídos  ojiplática,  al parir te salen SIEMPRE estrías, la tripa se descuelga SIEMPRE, y te quedas con cuerpo derribo. Siempre. Dicen ellas/os. Las/os oráculos.

Tendemos a generalizar nuestra forma de ver la vida, o nuestra  normalidad y las reacciones de nuestro cuerpo. Claro que a ALGUNAS mujeres le salen estrías. A otras no ¿Privilegio? es posible. Me cuento entre las últimas. Parí cuando me faltaba tres meses para los 18 años un hijo de casi cinco kilos, puedo contar solo tres estrías en la teta izquierda tan disimuladas que  las vi con los años. La tripa se descolgó un poco, pero a las dos semanas estaba más delgada que nunca y mejor también, se colocó todo sin mayor problema. Al año siguiente parí otra vez con el mismo resultado. Lo digo, no por provocar un pedrochazo, dios me libre, sino porque fue así. Sin privilegios de ningún tipo, sin tiempo para respirar y pobre como las ratas. Fue así y conozco a muchas  mujeres que les pasó lo mismo. A igual o parecido número que  les salieron estrías y se les desbarató el físico. Que también.

He criticado ácidamente cuando las influencers aconsejan cosas insanas, regímenes draconianos, o practicas mentirosas. No es el caso de Cristina, ella habla de comida sana y ejercicio. ¡Ah! que el personal se enfada porque no tiene tiempo, por no tener la pasta de Pedroche para poder hacer lo que dice. Ya. Lo hemos comentado más arriba. El problema es el sistema que paga millones por hacer petardadas y poco a profesionales cualificadas. Díganmelo a mí que soy  escritora y publico aquí costándome dinero.

He leído con espanto las criticas que surgen cuando alguna famosa engorda, o se abandona un poco. Las fotos de Amaia Montero enferma han corrido como la espuma. Hay actrices destrozadas por las redes por haber cogido unos cuantos kilos.  La crueldad que muestran la gente cuando se coge peso es infame. Como ejemplo cercano tenemos a la joven Berta Vázquez, Tania Llaseras… y más porque la lista es larga.  Prohibido  engordar ni adelgazar…

Hace poco, Teresa Rodríguez contaba el destete de su hija pequeña.  Cuatro años ha durado la lactancia, imagino que combinada con alimentación variada. El acabose. La han tildado de vaca lechera, de mujer atada a la lactancia, de antifeminista…

Hace años tuve ocasión de leer con espanto los epítetos dedicados a Beatriz Gimeno por lo contrario. Abogaba, Gimeno, por la lactancia artificial y le cayó la del pulpo. Si das teta, mal. Sin  no la das, igual de mal. Porque si la das eres una mujer  subsumida a la maternidad y si la sustituyes por biberón eres una madre desnaturalizada que no ama a su bebé y le niega el alimento natural. El caso es joder.

Y yo me pregunto ¿Llegará el momento  que podamos hacer cada una lo que nos venga en gana con nuestro cuerpo, con nuestros hijos/as? siempre que entre dentro de la normalidad y legalidad, por supuesto.

Sí, la Pedroche es rica y puede tener ayuda para maternar. Eso molesta, y lo entiendo, pero critica a tu jefe que te paga poco no a la tipa que le pagan por hacer tonterías, creo que es más justo. Además, tiene buena genética y voluntad de hierro para trabajar su cuerpo porque al fin y al cabo, de él vive. Es su instrumento de trabajo, junto con cierto ingenio, pero reconózcanme que ni las que la insultan fuerte la seguirían si fuera feota, no saliera en la tele y en Nochevieja con modelitos despampanantes. Se cuida porque puede y porque le da la gana, quizá también porque cuidarse supone dinero, mucho dinero. Lo que hizo mal,  y eso lo ha reconocido, es mostrarse, porque en este país de caines, avivar la envidia es peligroso. Lo decía Agustín de Foxá (un poeta falangista guapo y rico) que como era un privilegiado siempre contaba que tenía un cáncer incurable para no generar envidia.

Lo que deberíamos aprender es que  cuidarse es bueno. No cuidarse también. Que estar delgada y triscona es bueno. Engordar y despreocuparse del físico, también. Que lactar hasta que al bebé le salga la muela del juicio es bueno y ahorras un pastón, pues  también. Que dar el biberón desde el primer día es fetén porque así una puede no depender del bebé y tornar a la vida activa cuanto antes. Todo bien y dejen de ser aprendices de Torquemada, por dios.

Me ha resultado duro comprobar que hay una mayoría de mujeres que han interpelado tanto a Pedroche como a González, con palabras muy duras, con apelativos insultantes,  poniéndose ellas,  sus casos concretos, como ejemplo de lo que o NO se puede y se debe hacer.

Y una cosa te digo, María Manuela, déjanos vivir que puede que tu mundo no sea el mundo, ni tus ideas, las generales. Ni tu persona el ombligo del  universo.

Y que cuando dieron lo de sororidad en las clases de feminismo practico, muchas hicieron pellas. Que también.

María Toca Cañedo©

Sobre Maria Toca 1555 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

2 comentarios

  1. Pues si estoy de acuerdo vive y deja vivir, a mi no me gustan las influencias si no son de las personas que quiero, pero estás tienen mucho peso en las redes sociales y venden, y precisamente lo que venden es como organizar las vidas ajenas.
    Quizás tengan que asumir también que los demás las critiquen cuando comienzan a ser vistas como seres normales.
    Como decían los antiguos hay que estar a las duras y a las maduras.
    Sería estupendo que las personas organizarán sus vidas sin influencias externas.
    Un saludo

Deja un comentario