Me llegan los pasos perdidos en la tarde. Cuando aún contábamos el tiempo…
Esa luz difusa que se enciende
en el rato en que no estás conmigo,
esa luz, me aturde y me divierte
mientras el tiempo me pasa y se detiene.
Mano yerta, acidulada de costumbre, que das aldabonazos en la mente. Mano que llama.
Del color de las flores se pintaron las madrugadas en que amé y amamos. Tan dulces, las mañanas.
Enrejada, a cal y canto cierra, la voz que duerme en la tarde…
Sendero que camina el viento, con pesar de paso quedo. Sendero…
Se vende vida, se contempla comprador de vida
Cruzando el umbral de la otra parte.
Cuerpos de paso emplomado
Al borde mismo de la inconsistencia
En el corredor de los pasos perdidos
Dulce compañía, no me dejes solo ni de noche ni de día
Armando el muro al oleaje
En medio de la gente, perdidos, encontrados…
Quién anda por ahí?
De vuelta al asombrado mundo de la costumbre.
Perdidos entre la ciudad, encontrando vida y sensaciones
Me envuelve el aroma dulce, calcinado de ciudad. Caminando por los arrabales de la memoria.
Aquí solo, perdido entre los humedales, estoy esperando alguien que se siente a contemplar lo que me abruma.
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