
El 16 de Septiembre se inauguraba en Penilla de Toranzo , Cantabria, una biblioteca. Poco o mucho les dirá este acontecimiento, aunque en los tiempos que corren inaugurar una biblioteca puede ser motivo de fanfarrias y alegrías. Ocurre que esta es especial y por eso merece este artículo. Lo es por el variado origen de sus libros y por su nombre. Se llama Biblioteca Pública Saiz Viadero y me gustaría contarles quien es y qué significa para nuestra región y para mí este nombre.
Ramón, como le llamamos las amigas es hombre de libros,como dijeron en el discurso del acto, también de cine, de prensa, de estudio. Ramón se ha pasado la vida entre ellos, los ha tenido como amigos cercanos; quienes conocemos su casa nos admira que se mantenga en pie debido a la cantidad ingente que tiene. Tanto él como Vera, suelen decir que los libros les exiliaron de Santander, ya que vivían en un piso y amenazaba de derrumbe de tantos como tenían. A partir de ahora, Ramón ya tiene donde dejar sus libros y los de sus amigas.
Miren, cuando yo era muy joven, por avatares de la vida viví unos años en A Coruña. Las/os cántabros somos peculiares, saben, despotricamos de nuestra tierra cuando en ella estamos pero nos morimos de pena al salir. Nuestros verdes, ese olor a mar, el plomizo nuboso de nuestro cielo y el contorno del paisaje mechado de vacas y olor a bosta nos enternece hasta el infinito. En los años de ausencia se me desarrolló amor y la nostalgia de mi tierra que antes, a decir verdad, me era indiferente. Al volver recorría librerías de Santander en busca de libros que me hicieran conocerla para justificar ese amor. Y entonces me topé con José Ramón Saiz Viadero y sus libros. En mi casa hay publicaciones de los años 80, 90 de mi gran amigo. Están amarillentos y cubiertos de la pátina del guano pero de vez en cuando me llaman y vuelvo a ellos para reencontrarme. No es que sea yo patriota ni monserguera, que no, me siento bien en cualquier tierra, amo con delirio tanto a Catalunya, como a Andalucía, Galicia, Euskadi, Asturias, Comunidad Valenciana, Aragón, Navarra…a las demás menos porque, o no las conozco o fueron visitas esporádicas, pero hay algo intimo que nos une a la tierra en que nacemos y que nos marca a fuego. Y los libros escritos por Ramón me lo explicaron. Conocí Santander palmo a palmo en esa historia de las calles descritas con el amor de un espeleólogo sabio y parte de la obra de cántabros (y visitantes) ilustres descritas las vivencias con lenguaje cinematográfico. Conocí las tripas de una ciudad, luego de una región, de su gente, de sus luchas. Enfin, conocí y amé a Cantabria de la mano de este hombre.
Un día, visitando mi querida Vorágine (librería y algo más, casi Casa de Cultura) me topé con otro libro de Ramón. Le compré sin dudarlo cuando aún manchaba los dedos de puro nuevo. Lo leí con pasión y a poco me entero que lo presenta en la librería donde lo adquirí. Acudí a la presentación, charlamos, le cosí a preguntas sobre Matilde Zapata (que bonita es la vida a veces que propicia estas causalidades) https://www.lapajareramagazine.com/matilde-zapata Ante mi curiosidad, me buscó otro libro suyo que publicó hace años sobre ella y sus artículos periodísticos; pude escuchar los datos, las historias que salían de esa prodigiosa memoria que tiene Ramón. Si le admiraba en la distancia, conocerlo me acrecentó la admiración y el cariño.
Con todo ello hay una cosa que destaca en Ramón: su enorme generosidad. Regala conocimientos, afectividad, porque le sobra, porque es fuente inagotable de mente y corazón. Es ubicuo, se presta a presentaciones, recitales, conferencias…cualquier cosa que le pidamos, sin contar con el esfuerzo que le cuesta, nos obsequia con su tiempo, su padrinazgo y su saber. Decía en su discurso de agradecimiento, que después de tanta obra sentía que su mayor logro es haber ayudado siempre al que lo necesitaba. Eso describe bien su personalidad; doy fe que es así.
Conocedor de mi pasión por Pérez Galdós (creo que compartida por él ) en cada visita a su casa, salgo acarreando cinco, seis, o siete libros que me ha preparado con el cariño paternal de mentor cultural. Siembra tanto que a veces me sobrecoge mi precaria capacidad de agradecimiento. No soy de gestos sonoros, mi forma de expresar cariño, agradecimiento es esta, escribir y sentir.
Es una de las mentes más claras del panorama cultural de Cantabria, casi diría de España. A Ramón se le admira y se le quiere a partes iguales, por bueno (en la forma machadiana de serlo) por generoso, por honrado en tiempos de travestismo ideológico. En tiempos en los que vemos pisar y pasar por encima para conseguir estar en boca. No lo necesita porque es uno de los grandes.
Es muy grato comprobar cómo el pueblo llano, un grupo de fieles amigos sin fanfarrias de políticos ni oficialistas que se arriman a la foto, nos hemos reunido para mostrarle nuestro respeto, cariño y admiración en ese lugar escogido por él y por Vera, su compañera y socia de vida y obra, para vivir: Penilla de Toranzo. Estoy segura de que entre todas haremos una pequeña ágora de cultura en esa maravillosa biblioteca que este domingo de Septiembre, amenazando lluvia, abrió sus puertas para proclamar que la cultura y los libros siguen vivos. Y por mucho tiempo.
María Toca
http://bibliotecapublicasaizviadero.blogspot.com/
Ramón, el Gigante de Alegrilla. Vida inmensa, biblioteca con patas, cielo de hombre.