La biblioteca en llamas

El majestuoso edificio de la Biblioteca Menéndez y Pelayo comenzó a arder pasto de las llamas.
Todo el mundo fue apremiado a desalojar el edificio. Los trabajadores fueron los últimos en abandonar
un barco que parecía hundirse sin remedio. Pero aún permanecían otros misteriosos habitantes en el edificio invisibles al ojo humano. Eran los espíritus de Marcelino Menéndez y Pelayo, José María de Pereda, Concha Espina y Amós de Escalante. Los cuatro escritores se reunieron apresurados en la gran sala capitular de la Biblioteca.


-¡Amigos, no hay tiempo que perder¡¡Tenemos que rescatar todas nuestras obras de las llamas o nuestro legado desaparecerá¡-gritó Menéndez y Pelayo angustiado.
-¡Es cierto -respondió Concha Espina. ¡Nuestra memoria desaparecerá para siempre y dejaremos de ser
inmortales¡
Todos ellos se pusieron a retirar los libros de las vetustas estanterías de roble, pero el fuego avanzaba rápidamente y era imposible pararlo. Amós de Escalante estalló en un grito de dolor. Acababa de abrasarse las manos con un ejemplar encuadernado en cuero de su obra “Costas y Montañas”. Aunque los cuatro autores habían perdido su parte corpórea, sus sentidos y sensibilidad permanecían intactos
como los de los humanos. La sala se hallaba presa del humo y las llamas. De forma instintiva los escritores buscaron una salida. Pereda les hizo una seña para que le siguieran tras una pequeña puerta, ingeniosamente camuflada en las estanterías de la sala. Todos ellos la atravesaron y se cerró de golpe.
Un par de minutos después, los bomberos irrumpieron en la sala provistos de enormes mangueras y
tendieron escalas para acceder a las majestuosas estanterías de madera de roble.


Transcurridos unos días, los responsables y empleados de la Biblioteca se reunieron para evaluar
los daños. La gran sala capitular había quedado casi intacta. La luminosa vidriera con el escudo real y su
magnífica estantería de roble de gusto neoclásico permanecían incólumes.
-El desastre podía haber sido peor. Al menos hemos salvado los ejemplares más valiosos -afirmó el
archivero.


-Sí y además pudimos completar la digitalización de todas las obras antes del desastre -dijo el auxiliar de biblioteca con seguridad. “Os voy a mostrar cómo están indexados y organizados.” Comenzó abriendo las obras completas de Amós de Escalante. En otra ventana del ordenador, desplegó los de Menéndez y
Pelayo y mágicamente, los espíritus de ambos escritores despertaron de su breve letargo. Su último recuerdo pertenecía al día del incendio…


-Hola Marcelino, ¿te encuentras bien? -le espetó Amós de Escalante, mientras se desperezaba.
-Sí, aunque no sé dónde nos encontramos. Es una situación extraña. Esos hombrecillos que nos observan
desde el otro lado de la pantalla, parecen haber cuidado de nuestro legado -suspiró Menéndez Pelayo aliviado. “Mira, Amós, nuestras obras aparecen traducidas a otros idiomas y mucha gente de todo el
mundo las consulta”, dijo Marcelino entusiasmado, apuntando con el dedo al historial de búsquedas.
-Sí, es como si hubiéramos accedido a una realidad paralela e infinita de redes virtuales. Cada vez que escribimos nuestros nombres en un cartel que reza “Internet Explorer”, salen nuestros datos biográficos y obras. !Chicos, hemos recuperado nuestra inmortalidad!- exclamó una Concha Espina recién
desperezada.


“La biblioteca en llamas”
Mientras tanto, desde el otro lado de la pantalla, el informático pronunció unas inquietantes palabras:
Y lo más sorprendente es que cuando accedí al cuarto de discos duros, alguien había forzado la puerta
y modificado los cables de fibra óptica. “Es todo muy extraño, como si habitara alguien más entre nosotros.” Todos los empleados a su alrededor se miraron con gesto de perplejidad

Casilda Escalante.

Sobre Casilda Escalante 2 artículos
Diplomada en Turismo por la Escuela de Turismo Altamira y Licenciada en Antropología social y cultural por la UNED. También he cursado un Máster online en Crítica y Comunicación cultural por la Universidad de Alcalá de Henares. Aunque me dedico profesionalmente al sector turístico, mi verdadera pasión es escribir sobre el arte, la etnografía y cultura de Cantabria. Actualmente colaboro de forma periódica con el diario de noticias online www.relinchu.com y me han publicado un relato "Cuando el río sueña" en el libro sobre el "Río Ebro" del III Concurso de Microrrelatos Vallucos 2020. También cuento con un blog https://artesingularcantabria.blog,

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