
Nada más lejos de mi intención que cuestionar el digno y sabio criterio médico, ni el religioso, ni administrativo (no esbocen sonrisa aviesa, que lo intuyo) Seguro que todo anda en regla y la incapacidad permanente del señor Cortés es lícita y legal. Lo que ocurre es que sorprende mucho. Hace poco @JessieKeehl, psicóloga forense,https://www.huffingtonpost.es/entry/una-psicologa-forense-remueve-conciencias-con-su-reflexion-sobre-juan-jose-cortes_es_5cfb9783e4b04e90f1c9f388 abrió un hilo en twiter muy interesante donde un número alto de personas han mostrado su experiencia personal al respecto. Valga como ejemplo también la mía ya que quiero aportar algo al controvertido tema.
Pocas veces estuve de baja. Siendo autónoma lo comprenderán ustedes porque las condiciones de una baja en situación de empleadora son terribles. Las cuotas no se suspenden, se cobra a partir de una fecha determinada una cantidad irrisoria que no cubre ni el gasto de autobús para ir a recogerla semanalmente. He pasado gripes, neumonías, esguinces, una rotura de articulación de cúbito y radio al pie del cañón, incluso una histerectomía debida a una displasia de grado alto, en la que me incorporé al trabajo al poco tiempo, no por heroísmo sino por pura necesidad.
Perdí a mi hijo, como el señor Cortés, soy consciente de los agravantes en la desaparición de la pequeña Mari Luz, no por ello dejo de pensar que cada persona llora sus lágrimas y siente los dolores de la perdida. Bien. Me di de baja porque hubo momentos en los que el mero contacto con la gente me laceraba y mi trabajo es de contacto humano, sonrisa y buen trato incluido en el precio. No les negaré que de vez en cuando me dejaba caer por mi puesto…como forma de comprobar que las cosas iban con cierta normalidad. Todas las semanas supervisaba el médico mi estado. En la tercera semana, con gesto contrito y disculpándose ante mí, el doctor me avisó que de continuar de baja debía pasar una especie de tribunal donde se valoraría mi situación…para seguir o darme un alta obligada. No discutí ni un ápice sus palabras y le exigí en ese momento el alta. He continuado trabajando hasta hoy…y para seguir. Por desgracia conozco de cerca las fases terribles de la depresión y como cursa y he de decir que en lo que respecta a la imagen pública el señor Cortés no tiene ni un síntoma visible. Es posible que sea un depresión tan oculta que solo él y su médico la detecten. Burla dramática me parece para los que sí padecen ese terrible enfermedad que alguien denominó: hermana pequeña de la muerte, utilizarla de forma tan artera, como es el caso. Si la depresión le impide trabajar pero no dar mitines, reuniones, discursos ni evangelizar…quizá estemos ante una nueva forma de depresión: la depresión pragmática. Solo impide doblar el lomo.
El señor Cortés cobraba hasta ahora que le llega el sueldo de diputado una prestación por INCAPACIDAD PERMANENTE
No les niego que al sentarme a escribir estas líneas he perdido algo de objetividad quizá debido a que mi jubilación llegará a los 66 años, dando un poco igual si marcho arrastrándome al trabajo debido a una artrosis cervical y dorsal degenerativa, además de artritis en mis manos o tengo que pagar a alguien por hacer un trabajo pesado que yo, debido a dolencias y años, no pueda realizar. Sí, desde luego confieso: no soy objetiva. Una envidia insana y malévola corroe mis entrañas ante la suerte del señor Cortés.
Qué cosas, de haberlo sabido a tiempo mejor me hubiera hecho telepredicadora. O militantes del PP.
María Toca
https://www.diariodesevilla.es/andalucia/juan-jose-cortes-predicador-pp-Huelva_0_1337566371.html
Este «Pijoaparte» de Cortés encontró a su Teresa en el PP y claro, se le fue la depresión
Que bien explicado. Perfecta definición. Gracias