Mariana Pineda

Patria y religión serían las consignas del nuevo sistema. Mucha teología y nada de filosofía”.

Frase escrita por Calomarde. Como verán, nada nuevo nos ocurre ahora…

 

 

Hoy les traigo la biografía de un mito. Una mujer nacida en Granada, en la calle  Carrera del Barro el uno de septiembre de 1804. Hablamos de Mariana Pineda, mujer encumbrada por su mítica historia que pretendemos contar con cierto detalle porque sintetiza, como pocas, lo que fue el siglo XIX español y las connotaciones históricas que han llegado hasta hoy.

Era hija de un capitán de navío de la Armada española, Mariano Pineda Ramírez, y de una mujer de extracción popular y bastante más joven, llamada María Dolores. El capitán no se casó con la madre de Mariana, viviendo en casas separadas pero manteniendo con ella una relación en el tiempo ya que tuvieron un hijo antes de la nombrada, que murió… El padre reconoció a Mariana y poco después, por diversos motivos denunció a la madre arrebatándole la custodia de la pequeña. muerte pasando la  Muere el padre, pasando la tutoría de Mariana a un tío que a su vez, al casarse y formar su propia familia se la cede a una pareja de  pasteleros, Jorge de Mesa y Úrusula de la Presa, que la crían en un ambiente liberal que ellos tenían como ideología personal. No fue una infancia feliz la de esta mujer, pero sí conforma su personalidad y una ideología que la marcaría el futuro.

A los quince años se casa con  Manuel de Peralta y Valle, hombre liberal de ideas progresistas y masón que fallece en 1922  dejando a Mariana viuda muy joven y con dos hijos. Poco después de perder a su marido, en 1823, el rey Fernando VII -conocido por diversos apelativos a cual más despreciativos ya que fue el monarca más nefasto de la dinastía borbónica y miren que tiene competencia- Como decimos, Fernando VII, que había sido entronizado como rey después de la cuenta guerra de la Independencia, librada por el pueblo español, mientras  la familia real paseaba sus reales gónadas por el retiro dorado que Napoleón les ofreció a cambio de invadir España (sí, vendieron la patria, cosa bastante común entre Borbones) Tal era el deseo del pueblo a retornar a una normalidad, que el que luego sería rey Felón, fue apodado durante la guerra como  El Deseado… Para describir la mezquina traición de Fernando VII baste recordar las palabras que siguieron a su juramente de la Constitución de Cádiz: “Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional” dijo el Felón, mientras maquinaba la forma de anularla.

El pueblo español suele hacer lo difícil, vencer la invasión francesa en este caso, pero no acierta con lo fácil, dejar a los Borbones fuera del gobierno. Ganada la guerra, se le entrega la corona pero se le insta a firmar la Constitución creada por las Cortes de Cádiz. Una tibia constitución que había sido pactada por el pueblo que luchó en la guerra y perdió miles de hijos. El perverso Fernando VII firma la ley de leyes  sin ningún convencimiento. Su idea era anular el poder popular  volviendo al absolutismo que era su forma ideal de gobierno. Durante tres años, España vive el llamado Trienio Liberal, con leyes salidas de un Parlamento…pero el rey al que le gustaba mucho mangonear todo,  recurre al antiguo invasor,  Francia, desde donde le envían un nuevo ejercito invasor, los Cien Mil Hijos de San Luis, mandados por el duque de Angulema, que aniquila el liberalismo democrático e instaura a Fernando VII como rey tirano que es lo que le gustaba a él.

Para mantener un tirano en el poder se necesitan secuaces tan malos o más que el principal. Para lo cual, Fernando VII, nombró ministro de Justicia a uno de los personajes más siniestros y desconocidos de la historia de España, Tadeo Calomarde. Como será este sujeto de mala gente que solo hay una pequeña calle que lleve su nombre, en Teruel, donde nació. Nada más. Fue tan detestado de vivo como de muerto, que por cierto, murió en el exilio, pobre y abandonado de todos. A veces el karma funciona.

Calomarde, tenía su red de “Villarejos” por el territorio patrio para eliminar opositores. Tiempo atrás, había intentado ser elegido como parlamentario en las Cortes de Cádiz pero fue desechado por ser un tipo detestable y de clase baja para los cánones de la época. Su frustración no hizo más que incrementar la rabia hacia la ideología liberal,  cuando fue elegido ministro por el rey, destacó por ser rastrero y mediocre siendo su único mérito  las criminales y crueles represiones y condenas a muerte de cualquier persona con un mínimo vestigio liberal. Sirva de ejemplo el dialogo mantenido con Fernando VII, cuando le propone ajusticiar a Francisco de Goya, al que le mismísimo rey consideraba tozudo y un poco afrancesado (lo fue y mucho) pero no condenable: “¡Cuánta severidad, Tadeo! ¿Te ha ofendido en algo”, le preguntó Fernando VII.Se negó a retratarme” respondió Calomarde, lo cual da cuenta de la catadura de este sujeto.

Calomarde “reinó” durante la Década Ominosa, los diez años en que España se volvió roja de la sangre que vertían los constitucionalistas condenados a muerte por el ministro criminal a las ordenes del rey Felón.

Durante el decenio, Mariana Pineda no se quedó quieta, Conspiró y se alió a los liberales para devolver la libertad (relativa libertad porque la Constitución no dejaba votar a las mujeres y tenía a Dios como bien supremo de la ley y al rey como jefe supremo de la patria) al pueblo. No es que fuera una revolucionaria, simplemente estuvo en el lugar que correspondía a la gente de bien. Granada, junto a Málaga, Cádiz y Almería, eran intensos focos de la lucha liberal.

Tras la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, Mariana se implica en un complot constitucionalista que se descubre en 1826. Simplemente sirvió de enlace entre los liberales granadinos y los exiliados en Gibraltar, llevando cartas de unos a otros. Al ser detenida no consiguen demostrar su implicación ya que desconocía el contenido de los sobres que le encontraron. Lo que la ley no  puede lo resuelven las cloacas del Estado. Calomarde, ese precursor de gobiernos más recientes, con su red de “Villarejos” tenía en Granada a uno de ellos bien dispuesto. Se trataba de Ramón Pedrosa y Andrade, que era subdelegado de Policía y comisionado por Tadeo Calomarde como represor todopoderoso de liberales y demócratas varios. Recuerdan aquella frase famosa de “esto la Fiscalía te lo afina” pues lo mismo pero con sangre. Como ven, nuestro país tiene una historia circular, parecemos atados a un molino dando vueltas de forma constante. El tal Ramón Pedrosa y Andrade, era un fanatico religioso malvado y sediento de sangre hasta el paroxismo. Se propuso ahogar en sangre cualquier atisbo de liberalismo o masonería en Granada y casi lo consigue. Son innumerables las sentencias de muerte que firmó el tipo, nacido en Mondoñedo, Galicia dejando infausta memoria en la ciudad. Años después, sufrió exilio, como Calomarde, no por sus crimenes sino por el ideario carlista que lo movía, cuando las tornas monarquicas se volvieron hacia los liberales y el apoyo que estos mostraron a la regente María Cristina y a la joven reina, Isabel II.

https://www.elindependientedegranada.es/ciudadania/castigo-divino-juez-verdugo-mariana-pineda

Mariana no se quedó quieta después de su detención. Siguió ayudando a los liberales, incluso preparó la huida de su primo, condenado a muerte  por su implicación en el levantamiento de Riego. Mariana lo visitaba en la cárcel observando el trasiego de monjes por la misma, consiguió un habito con el que se disfrazó el detenido consiguiendo huir salvando la vida.

Calomarde y Pedrosa tenían en su punto de mira a la joven Mariana Pineda y no iban a dejarla vivir  sin represalias. Conforman un complot para su detención. Compran a unas modistillas con el fin de proceder a su detención para lo que les hacen bordar una bandera supuestamente liberal.  Se trataba de un pequeño lienzo con un triangulo morado (connotaciones masónicas) y las palabras Libertad, Igualdad y Ley, muy subversivas para el gusto de los malvados absolutistas. No fue confeccionada por Mariana, frente a lo que se dijo, sino que las modistillas se la llevaron a su casa, alegando el encargo y justo cuando la estaban entregando, llegaron las huestes de Pedrosa y Calomarde  deteniendo a  Mariana con la bandera subversiva.

La traición de unas ignorantes obreras por las que, seguro, Mariana luchaba, y los manejos de un estado pervertido, la llevaron a juicio, un simulacro que no tenía ni pies ni cabeza siendo condenada a muerte en garrote, cosa que ocurrió el 26 de mayo de 1831, contando Mariana, veintisiete años.

La condenada fue  conducida hasta el Campo del Triunfo en una mula,  ajusticiada delante del pueblo granadino que no hizo nada por liberarla. Orgullosa e integra, como era, se negó a confesar y delatar a nadie durante los duros interrogatorios a los que fue sometida, tan solo pidió unas ligas para no caminar hasta la muerte con las medias caídas. Nadie la vio flaquear, ni pedir clemencia. Fue hacia  el cadalso con la misma dignidad con la que había vivido.

Su cuerpo cambió de sitio varias veces, hoy está enterrado en la Catedral de Granada…cosa que imaginamos no le gustaría mucho a la liberpensadora Mariana Pineda, pero los granadinos pensaron que era un lugar honorable. En 1927, el día 27 de junio se estrenó la obra, Mariana Pineda, escrita por García Lorca, e interpretado por Margarita Xirgu en un teatro de Barcelona. Los decorados y el vestuario fueron diseñado por Salvador Dalí. Hoy, la obra y el personaje de Mariana Pineda sigue representándose y admirándose con amor por su gente. De los esbirros que la asesinaron junto a la libertad del pueblo, se sabe poco y una losa de desprecio los cubre.

https://elpais.com/cultura/2020/03/01/babelia/1583068153_808551.html

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/mariana-pineda-rebelde-que-eligio-morir-antes-que-delatar-sus-companeros_16811

Calomarde, fue defenestrado al morir el Felón y reinar Isabel II bajo batuta liberal. Tuvo que exiliarse, odiado por todos, hasta por los suyos. Se le incautaron sus riquezas, encontrando  único amparo en su mujer, con la que se había casado solo para medrar, que maltrató y abandonó cuando obtuvo lo que ansiaba. Ella y solo ella, le cuidó. Hoy los libros de historia le nombran como al criminal cobarde que fue.

Del otro, el rey Fernando VII, no les cuento nada porque de puro canalla ni los suyos le recuerdan bien…Aunque se le parezcan mucho.

María Toca Cañedo©

Nota: Así describe el maestro Don Benito Pérez Galdós a Calomarde:

“Paseaba grave y reposadamente, con casaca de galones, tricornio en facha, bastón de porra de oro y una comitiva de sucios chiquillos, que admirados de tanto relumbrón le seguían. El célebre ministro, a quien Fernando VII tiraba de las orejas, era todo vanidad y finchazón en la calle. Si en Palacio adquirió gran poder fomentando los apetitos y doblegándose a las pasiones del Rey, frente a frente de los pobres españoles parecía un ídolo asiático en cuyo pedestal debían cortarse las cabezas humanas como si fuesen berenjenas […]. Calomarde, el hombre rastrero y vil, cuya existencia y cuyo gobierno no fueron más que pura bajeza y engaño […]. Cruel con los débiles, servil con los poderosos, cobarde siempre, este hombre abominable adornaba con una lagrimilla la traición infame que su amo hacía en los umbrales de la muerte […]. Vea usted [la infanta Carlota a Calomarde durante los sucesos de La Granja] en lo que paran sus infamias. Usted ha engañado, usted ha sorprendido a Su Majestad abusando de su estado moribundo; usted al emplear tales medios para esta traición, ha obrado en conformidad con su carácter de siempre, que es la bajeza, la doblez, la hipocresía. Rojo como una amapola, si es permitido comparar el rubor de un Ministro a la hermosura de una flor campesina, Calomarde bajó los ojos. Aquella furibunda y no vista humillación del tiranuelo era el contrapeso de sus nueve años de insolente poder. […] Sobre los mofletes del Ministro resonó la más soberana bofetada que se ha dado jamás […]. Señora, manos blancas […]. Calomarde acabó para siempre como hombre político. Los apostólicos, cuando se llamaron carlistas, le despreciaron y el execrable ministril se murió de tristeza en país extranjero”. (B. Pérez Galdós, “Los Apostólicos”, Episodios Nacionales. Serie Segunda. Madrid, 1971, II, págs. 614, 671 y 675).

Sobre Maria Toca 1556 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

2 comentarios

  1. Nace en la calle Carrera del Darro, río que pasa por el centro de Granada y que desemboca en el Genil, también en el cetro de La capital. Es evidente que es un error tipográfico y solo deseo aclararlo. Muchas gracias

Deja un comentario