Minificción: creación

Si fuera a buscarla a la oficina de objetos perdidos, le dirían que allí no almacenan nada que sea intangible. Además, y por muy despistado que sea, este creador está convencido de que no la ha extraviado. Una idea artística se puede perder, pero a él se la han robado. Seguro.
El individuo acude a la policía. En comisaría no se hacen cargo. Si fuera su cartera o su coche, en seguida se activarían, pero al tratarse de una creación, «algo sin valor dinerario», no se puede hacer nada.
—La próxima vez haga cosas más prácticas, que se puedan hurtar por tirón, a mano armada o al menos mediante timo callejero —le aconseja el funcionario uniformado.
Pese a tamaña muestra de sobrevaloración del objeto y desprestigio del concepto, el creador no se resigna. Su siguiente paso es recurrir a una agencia de detectives privados. Se pone en contacto con la más afamada.
—No es porque carezca de valor —se justifican allí al rechazar el encargo—. Nosotros podríamos encontrarle hasta una bombilla, pero es que usted dice que le han robado la luz.
Recurre entonces a la organización de creadores que protege la autoría artística. Tampoco pueden ayudarle, pero encuentra allí al ladrón. Le robó la idea y ya la vende como suya por mucho dinero.

“Los Web. ¿Inconformistas o solo locos?”
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Sobre Jesús R. Delgado 12 artículos
Director de Cine y Cortometraje. Escritor. Profesor de Cinematografía. Periodista (EFE, País, Norte de Castilla, El Semanal)

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