![364108619_2598039773683658_5325477721168312218_n](https://i0.wp.com/www.lapajareramagazine.com/wp-content/uploads/2023/08/364108619_2598039773683658_5325477721168312218_n-e1691683244700.jpg?resize=456%2C381&ssl=1)
Aquella que se patriarcaliza.
La que perdona una y otra vez.
La que se dedica en cuerpo y alma a la crianza y la familia y no prioriza su vida profesional, amistosa, sexual.
La que entiende sus «necesidades» eróticas y festivas o bien sus incumplimientos de pactos relacionales recurrentemente porque los hombres son «así».
Las que se saben listas pero no lo demuestran y mucho menos delante de él o en grupo.
Las que fidelizan los vínculos a los tres días pero no esperan reciprocidad.
Las que no se quejan en demasía o reprochan.
Las que ponen empeño y tiempo en gustarle a su pareja, pero especialmente a su pareja y no al resto.
La que no reclama en exceso.
La que sabe ocupar «su sitio».
La que no cuestiona, se muestra enfadada o crítica.
La que ayuda a mantener el status quo familiar o sistémico y no lo subvierte.
La que se autoestabula.
La que se pone anteojeras.
La que cuida de los demás como actividad prioritaria.
Y, especialmente, la que se culpabiliza como forma de estar en el mundo y maneja la subjetividad masculina como estrategia.
Eso es una mujer inteligente en nuestro sistema social.
Y no es decimonónico.
Es tan actual y presente como que nos despertamos cada día pensando si lo estamos haciendo bien.
Gracias a todas las mujeres que se pueden rebelarse y a las que se juegan la vida si lo hacen, gracias mayores.
Hacer lo que puedes con lo que tienes es tremendamente inteligente”.
Texto de María Sabroso .![💜](data:image/gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==)
![💜](https://static.xx.fbcdn.net/images/emoji.php/v9/t96/1/16/1f49c.png)
Deja un comentario