Saltar la reja

Las rejas del palacio de San Telmo aparecen desiertas, el parlamento disuelto, el último Presidente de la Junta de Andalucía repasa la campaña, una pasarela hacia la victoria. Tanto que, esta noche, ensayará el borrador del discurso de investidura, que su equipo ha tenido a bien prepararle. Lo hará mientras espera, impaciente y emocionado, la retransmisión que hará su Canal Sur del «salto de la reja«, el rito pasional que cada año tiene lugar en la aldea. Todo sea por la Blanca Paloma, piensa, mientras difícilmente contiene unas lágrimas de emoción.
No hay nada como saberse potador de las ensoñaciones del pueblo, de sus creencias más firmes, de sus pasiones. Ahora, mientras lee las palabras del borrador se imagina aclamado, vitoreado por los suyos, su victoria será incontestable, histórica.
Por eso, esta noche, esta madrugada, sin estar, será uno más de los que salten esa reja, esta noche agradecerá su triunfo a la Blanca Paloma, mientras el pueblo sencillo y sabio la zarandea y muere por rozar su manto. Es el premio que la Señora de Almonte le ha concedido por su fe inquebrantable en ella, en las tradiciones que definen el sentimiento del pueblo andaluz.
En lo que no reparará el candidato y seguro Presidente a la Junta de Andalucía será en que miles de andaluzas y andaluces esta noche, esta madrugada apelmazarán los servicios de urgencias buscando una atención que, difícilmente, llegará antes de las cuatro o cinco horas de espera, una atención que recibirán de unos profesionales desbordados, muchos de ellos y ellas con contratos precarios, que, con una sonrisa nerviosa, intentarán tapar su impotencia y las carencias de un sistema de salud en vías de extinción o de privatización.
No pensará en los miles que esperan una ecografía retrasada meses o una operación que les quite los dolores insufribles que padecen, asociados a miedos sobre el futuro de su salud. No pensará en los miles de sanitarios expulsados o en los que han tenido que emigrar a otros lugares, buscando unas condiciones dignas. La Blanca Paloma seguro que se apiadará de ellos. Así se lo pedirá cuando, como Presidente de la Junta de Andalucía, acuda al templo.
No, nada de esto se pasará por la mente del seguro Presidente de la Junta de Andalucía que, ahora, mientras sigue repasando el borrador de su discurso de investidura, se imagina altivo e impoluto en el estrado, frente a los suyos, la gran mayoría, con su corbata verde sobre camisa blanca, que a andaluz no hay quien le gane, a conocedor de su pueblo, el mismo que «todas las primaveras anda poniendo escaleras…»
El seguro Presidente de la Junta de Andalucía estará en lo cierto, porque su pueblo, esta madrugada, peleará, morirá por saltar la reja, pero no será la del palacio de San Telmo, que ahora está desierta esperando que se abran las puertas de par en par para él.
Cantar del pueblo andaluz, poeta exiliado, cantar de la tierra mía, que plantó amapolas un cuatro de diciembre, que tomó las calles, que dio voz a sus poetas y que hoy duerme narcotizado sin memoria.
Tal vez, llegará el día en que aquel pueblo digno, rebelde e imaginativo rodee la reja, la de San Telmo, para pedir justicia, igualdad y libertad.
Juan Jurado.
Sobre JuanJ Jurado 75 artículos
Profesor de Lengua y Literatura española. Publicaciones en La prensa en el Aula. Octaedro. Cuaderno para la comprensión de textos. Octaedro. Ponente del Diseño curricular base para la enseñanza de la Lengua y la literatura española en la ESO, en Andalucía. He sido portavoz y concejal por el grupo municipal de IU en Úbeda. Actualmente no milito en ninguna organización política, pero si la calle me llama, voy.

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