…Y SE QUEDARÁN LOS PÁJAROS CANTANDO

Por fin, llega un día en que decides irte, en que un rayo luminoso se abre paso en tu pensamiento y la luz, lejos de cegarte, te muestra la bifurcación del camino. Porque sí, porque te has dado cuenta de que el paisaje se te ha hecho repetitivo, monótono, insulso, como las estaciones ajadas por el tiempo.
Es en ese preciso momento, cuando miras de frente a tu cuerpo gastado para expresarle tu negativa a seguir dentro de él, a acompañarlo en las masificadas salas de urgencias; para restregarle que lo único que puede ofrecerte ya es dolor y la degradación lenta de una maquinaria obsoleta para la vida. Un futuro de limitaciones cada vez más insoportables, menos llevaderas, que ya han empezado a desequilibrar la balanza, sin que el platillo de la ilusión, los sueños posibles y los imposibles: la música que describe tu vida sirva de contrapeso.
Con rotundidad, le comunicas que desconectas, que cierras voluntariamente los ojos en la búsqueda apacible de un sueño profundo, una sima de la que ya no vas a salir, un limbo consciente en el que nada te sirve, ni siquiera el autorretrato que te está ofreciendo: una imagen dañina en la que no te reconoces, porque tú ya has decidido cerrar los ojos al tiempo, porque tú ya has decidido dejar de ser eso, tiempo.
Así esperarás el día en que tu cuerpo averiado decida dejar de estar, de ser el lastre que te impide batir las alas y volar hasta integrarte en el todo con la levedad imperceptible de un soplo, como la nada.
Ese día, probablemente siga sin llover, agudizando más esa sensación incómoda de sequía o, quizás, el cielo se vuelva inesperadamente gris y el viento húmedo traiga las deseadas lluvias. Los noticiarios matutinos seguirán vociferando que la economía continúa con el hacha de Damocles de un nuevo colapso, que los mercados fluctúan, que la mentira sigue siendo verdad, que habrá un minuto de silencio por las víctimas, sean las que sean, que, aunque no lo haya, habrá víctimas, como ganadores y perdedores, que la Liga, como la vida, sigue partido a partido.
Ese día, el vecino de enfrente se acercará a darle el pésame a los tuyos, a disculparse por no poder ir a la iglesia, al funeral –ah, que no lo va a haber, que tú nunca has estado enviciado en esas cosas- bueno, qué más da, el caso es que no podrá acompañarte en el último trayecto, que espera a no sé quién para hacer no sé qué, que bastante tiene él con lo que tiene, que, en el fondo, eres un afortunado, por haber dejado de bregar.
Ese día, los tuyos tal vez lloren por lo que fuiste, no por lo que has acabado siendo, porque, en tu caso, la muerte se agradece, porque tú hacía tiempo que habías decidido no vivir: un cadáver al que sólo le quedaba sufrimiento. Así se lo comentarán a unas y a otros, y es posible que, en los corrillos que se formen en la sala del velatorio, se hable de ti, de tu vitalismo extremo, de tu idealismo pegadizo, del sarpullido que te producían las convenciones sociales, de aquel viaje o de ese otro, de tu proverbial despiste para los papeles…
Ese día, muy probablemente, tu compañera de toda la vida, absorta en tu pálida imagen, sin verte, repase todo lo vivido y, sin aspavientos, te dedique un hasta luego tranquilo, aunque con la seguridad de que, si te vuelve a encontrar, planteará las cosas de otra manera, porque alguna lección ha aprendido en las últimas décadas.
Ese día, con toda seguridad, ella seguirá su camino sin más ínfulas que andarlo hasta donde los pies le den en compañía de la soledad, la que quizás rompan ocasionalmente la visita de su nieta, de su nieto.
Ese día, habrá llantos infantiles que verán la luz del día por primera vez y las calles se llenarán de gente deambulando de un lado para otro, mientras resuelven el enigma que la cotidianidad les plantea, y todo seguirá igual, como siempre…
Juan Jurado.
Sobre JuanJ Jurado 82 artículos
Profesor de Lengua y Literatura española. Publicaciones en La prensa en el Aula. Octaedro. Cuaderno para la comprensión de textos. Octaedro. Ponente del Diseño curricular base para la enseñanza de la Lengua y la literatura española en la ESO, en Andalucía. He sido portavoz y concejal por el grupo municipal de IU en Úbeda. Actualmente no milito en ninguna organización política, pero si la calle me llama, voy.

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