La amnistía de Marchena

 

 

Nos piden, o más bien nos exigen, los jueces que seamos correctas, que les tratemos con el decoro debido a su puesto y distinguida presunción de honorabilidad…(en estos momentos ustedes no me ven, pero imaginen a la autora del artículo haciendo un pedorreta sísmica en mi escritorio) Les molesta mucho a sus señorías que les digamos que el lawfare existe llenándose de santa indignación cuando se lo apuntamos. Tampoco les guste que les recordemos que desde el pulpito que suponen los tribunales se prevarica lo más grande. Sí, se prevarica. Sí, hay lawfare. Y mucho.

¿Se enfadan, señorías? limpien su patio y verán como cunde el respeto.

Se da la casualidad de que en los mismos días se han producido varias noticias que como andamos enmarañadas con las polémicas por la ruptura (enésima, decimosexta o nonagenaria ruptura) de España por mor de la terrible amnistía para los condenados del Procés, se enturbia la información sobre el estamento judicial y no hacemos mucho caso.

Y no, no podemos dejar pasar que,  a la vez que se descubren y se agitan las cloacas del estado, con esas conspiraciones para implicar a, por ejemplo, al jefe de los mossos,  mayor Trapero, en una sucia trama con drogas de por medio, y no solo a él sino a cualquiera que promovieran las mentes perversas de Villarejo, Jorge Fernández Díaz -al que el ángel de la guardia le indicaba aparcamientos pero no ética política- todo bajo la supervisión del que entonces era presidente de gobierno, el desconocido M. Rajoy. A la vez de esa trama, como decimos, el Tribunal Constitucional anula la sentencia que inhabilitó a Alberto Rodríguez como diputado, mandándole a casa tirando a la basura los miles de votos que le pusieron en el escaño. ¿Quién era el juez que dictó la sentencia condenatoria? ¡Sorpresa! Marchena, Marchenita, Marchenota

El mismo que calza y viste toga y puñetas. Marchena, fue elegido con el apoyo de la facción conservadora del CGPJ, con su escasa o nula experiencia frente al más preparado  y ex fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido. Claro que don Manuelito Marchena contaba con un padrinazgo especial…el de su compadre de trileos varios, don Carlos Lesmes.

Manuel  Marchena era el presidente de la sala segunda del Tribunal Supremo, que presidió los juicios del Procés y aunque el artículo 395 de la Ley Orgánica del Poder Judicial prohíbe taxativamente dirigir felicitaciones o censuras a los poderes públicos, el señor Marchena no pudo obviar su gusto por despreciar en la sentencia a quienes él detesta. El poder mínimamente progresista.

Manuel Marchena es quien admitió la denuncia de Manos Limpias, interpuesta contra los diputados vascos Atutxa, Knör y Bilbao, condenándoles en sentencia firme que luego fue revocada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que sancionó a España por dicha sentencia alegando juicio falto de garantías.

Marchena es quien rechazó investigar a Casado en el caso Máster, a pesar de las pruebas concluyentes de la irregularidad que  la Universidad Rey Juan Carlos había cometido  en la concesión del  título al que entonces era delfín del PP.

Marchena formó parte del tribunal que juzgó a Baltasar Garzón por las escuchas de la Gürtel,  manifestando que no se debía disolver un partido político condenado por corrupción…intuyendo que de hacerlo sus amigos del PP tendrían que tomarse el trabajo de refundar un partido podrido desde la base.

Marchena tuvo que renunciar a presidir el CGPJ, porque los mensajes  descubiertos de su compi Cosidó eran de tal calibre que dinamitaron su maltrecho prestigio (ja, no se rían)

Goza de viejos amigos, no se crean, entre otros estos que él mismo confiesa: José María Michavila y Ángel Acebes, ministros del Gobierno de José María Aznar, con los que estuvo durante años como vocal en la Fundación Wolters Kluwer, que presidía Michavila y en cuyo consejo asesor figura o figuraba asimismo Acebes, pero no le juzguemos por ello porque todas podemos tener amigos sinvergüenzas.

Tornando al origen del artículo, les refería que el caso que ahora el Tribunal Constitucional anula las sentencias de inhabilitación de Alberto Rodríguez concediendo, a su vez, el amparo a Arnaldo Otegui que no tendrá que repetir su juicio anulado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que también como en el caso de Atutxa, Knör y Bilbao,  condenó a España por carecer de imparcialidad en el juicio realizado al diputado de EH Bildu.

Ayer,  los periodista les preguntaban a los diputados catalanes si sería posible ver en un proceso judicial a Jorge Fernández Díez y a Mariano Rajoy (a Villarejo le dan por amortizado debido a su ubicuidad) a causa de los terribles manejos que habían tramado con el fin de destruir las reputaciones y hasta la vida de gente inocente. Sonreían los diputados, porque esa demanda anda rebotando de juzgado en juzgado, sin ser admitida a tramite por los diversos jueces que la reciben. No, no serán juzgados, los mafiosos que tramaron la maraña en la pretendían envolver a los independentistas o los que pasaban por allí, como el fragrante caso del mayor Trapero. Como no se verán juzgados los prevaricadores  que arrebataron los escaños de Otegui y de Rodríguez con sendos juicios de chirigota. En el juicio de Rodríguez, Marchena admitió como única prueba condenatoria la palabra de un policía que alegó (sin pruebas, sin testigos) que  el diputado le propinó una patada que derivó en lesión, por la que, por supuesto, no presentó pruebas médicas. De suerte que al pobre Alberto no le acusaran de la muerte de Kennedy porque con Marchena presidiendo, colaba seguro.

No se hará justicia con las misiones mafiosas de ese ministerio de Interior donde se tramaban delitos. No se hará justicia con los jueces prevaricadores, como no se devuelve el dolor, el tiempo y los votos tirados a la basura como consecuencia de sentencias malversadas. Lo que sí haremos es descreditar a esos corruptos que se amparan en el prestigio que debiera tener siempre el poder judicial para promover sus espurios intereses de poder y su, todo hay que decirlo, ineptitud.

Y luego nos preguntamos ¿por qué el PP no quiere cambiar la cúpula del CGPJ? ¿Lo tenemos claro o necesitamos más demostración?

¿Amnistía? y tú me lo preguntas, amnistía eres tú, Marchena & amigos.

María Toca Cañedo©

Sobre Maria Toca 1686 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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