Lo que nos enseña la historia

En una reciente revisión del magnífico ensayo de Paul Preston , Guerra Civil española, he sacado varias conclusiones que se me habían escapado por las fisuras que  diluye el recuerdo una vez pasado el tiempo.

La primera de ellas, no les va a sorprender por sabida pero sí el calado de la misma. Se trata de la constatación de la total perversidad del que se convirtió en adalid de la rebelión, Francisco Franco. Oscuro general africanista, que bien podría considerarse psicópata por la total ausencia de sentimientos empáticos que mostró a lo largo de su vida. Famosa fue la consigna que indicó a sus ayudantes el día que se asesinaban a los cinco condenados de Septiembre de 1975No me despierten por nada del mundo” dejó dicho y bien que se cumplieron sus ordenes sin que menoscabara su sueño el clamor del mundo ante el crimen , incluso que entre los que clamaban estaba el papa Pablo VI. No fue despertado el pequeño dictador y cuando lo hizo ya estaba consumado el crimen y ardían embajadas y calles del mundo en protesta. Aquí seguían en silencio no fuera a extenderse la costumbre de fusilar que tanto le gustaba al  psicópata que habitaba el Pardo.

Famosos fueron los fusilamientos que  ordenó en su regimiento africano ante las protestas por la escasez y la bazofia que comían los regulares. La comida que se daba a los soldados que batallaban en lugares perdidos del Rif africano eran pocos y malos tanto que provocó  una revuelta en el comedor, donde algunos de los  hambrientos comensales   estrellaron los  platos contra el suelo. El caudillito, informado, formó pelotón en el patio fusilando a los revoltosos. Los demás, ante el evento de fusilería, siguieron comiendo las lúgubres lentejas con bichos, las latas de sardinas (en África y sin apenas agua) y el caldo sucio que le decían café. Siempre el hambre y la miseria son mejor que la muerte, pensarían los soldados.

A la crueldad que trajo de serie, se unió la aprendida en las contiendas africanas avaladas por la baraka que dijeron tenía. Esa suerte que hacía que las balas le rozaran pero no le hirieran y que luego, ya en la península, consiguieron trasportarle a la jefatura suprema de la rebelión ante la desaparición violenta de quienes le hacían sombra.

Las sucesivas muertes de Sanjurjo -accidente de avión cuando salía de  Estoril hacia Burgos con el fin de encabezar la rebelión- de Mola -también accidente de avión- que era el preferido de los alemanes con diferencia y un general carismático, inteligente,  frío y psicópata como Franco, pero con una presencia física atrayente y poderosa. Y por último, la de José Antonio Primo de Rivera, que merece atención por lo que supone.

Franco dejó morir al Ausente de forma reiterada. Esta afirmación no es conjetura en absoluto, es constatación de varios hechos debidamente contrastados. Los alemanes presentaron a Franco un plan perfecto para arrebatar de la cárcel de Alicante al jefe del fascismo español. Franco, de forma sorprendente, desechó los reiterados planes. No daba crédito el general alemán cuando después de repetidas sugerencias, el Caudillo,  negó el permiso para liberar al jefe de Falange. Se trataba de una acción sencilla, sin riesgo según aseguraban los alemanes.

Hubo negociaciones con Manuel Azaña e Indalecio Prieto que aborrecían la condena al líder por creer que sería convertido en héroe al morir fusilado. Incluso se trató de canjearlo por la familia del general Miaja, que estaban en manos de los sublevados  aportando la República una importante cantidad de dinero a los golpistas. A todas luces, en el gobierno republicano,  pocos querían la muerte del jefe de Falange… La historia nos demuestra que fue quien pudo salvarlo y no lo hizo quien puso los contratiempos precisos para que esa muerte se produjera. Franco, se negó tanto al canje como a su liberación por parte de los alemanes.

No le gustaba nada a Franco el señorito de Falange, quizá porque su porte elegante, su verbo florido, aparentemente culto y el éxito social que tenía contrastaba con la figura barriguda, la voz de flauta y el escaso lustre que portaba Franquito. Hay una anécdota  en la que Franco, ante un retrato de José Antonio colgado en la pared de un despacho, le dice, malhumorado, a su cuñado Serrano Suñer:  “¡Lo ves, siempre a vueltas con la figura de ese muchacho!”.

Y es que la muerte de “ese muchacho” le vino al pelo al que pretendía convertirse en dictador de por vida de una España derrotada. Convertido en figura de culto, en el Ausente, pero mudo en sus reivindicaciones contra la oligarquía y a favor de un estado fascista al ejemplo del italiano. Muerto era útil y su figura manipulada hasta la extenuación. Vivo, un incordio.

Volvemos a la baraka de Franco.

Desde el principio de la contienda, una cosa estuvo clara. No sería una guerra que pudiera quedar en tablas o en victoria que luego hermanara, al ejemplo de la sucedida en EEUU, donde al término de su guerra civil el presidente del bando triunfante aseguró que todos, triunfadores y vencidos, formaban un solo pueblo y hora era de suturar heridas. No, en España no habría sutura. Lo que los sublevados (no solo Franco, seamos justas, porque en eso estaban todos de acuerdo) querían era la disolución física de toda ideología contraria. Y de la gente que la profesaba.

Había que barrer el liberalismo, el socialismo, el republicanismo, la libertad, la igualdad. Para ello era necesario que un río de sangre ahogara a los perdedores. El terror desatado servía para sellar las bocas y los pensamientos de los que quedaron vivos. Lo que no asesinaron con balas fue con un terror sistemático y organizado. Los que ganaron la guerra se aprestaron a la eliminación física de toda persona que pensara mínimamente distinto. Incluidos sacerdotes democráticos, que los hubo y fueron fusilados. Algunos ejemplos:José Iturri Castillo, párroco de Marín, así como a los también sacerdotes Aniceto de Eguren, José de Markiegi, Leonardo de Guridi y José Sagarna, mientras que en el cementerio de Oyarzun fue muerto el arcipreste de Mondragón, José de Arin.

 

Les incluyo unas palabras del capitán sublevado, Aguilera, que dice al periodista    CharlesFoltz lo siguiente:

Todos nuestros males vienen de las alcantarillas. Las masas de este país no son como las americanas ni como ingleses. Son esclavos. No sirven para nada salvo para hacer de esclavos, y son solo felices cuando les haces trabajar como esclavos. Pero nosotros, las personas decentes, cometimos el error de darles casas nuevas en las ciudades donde tenemos nuestras fábricas. Construimos alcantarillas y las hicimos llegar hasta los barrios obreros. No contentos con la obra de Dios hemos interferido en Su Voluntad. El resultado es que el rebaño de esclavos crece sin parar. Si no tuviéramos cloacas en Madrid, Barcelona, Bilbao, todos esos líderes rojos hubieran muerto de niños, en vez de excitar al populacho y hacer que se vierta sangre de los buenos españoles. Cuando acabe la guerra destruiremos las alcantarillas. El control de natalidad perfecto para España es el que Dios quiso dar. Las cloacas son un lujo que debe conservarse para quienes las merecen, los dirigentes de  España, no al rebaño de esclavos”

Con esos mimbres ideológicos se produjo en golpe de estado porque eran los que prevalecían en unas derechas convencidas del derecho emanado directamente de Dios para ser los amos y patrones del pueblo español.

Ya en 1931 el inflamado jefe de la CEDA, José María Gil Robles, apuntaba que: “Necesitamos el poder integro y eso es lo que pedimos…Para realizar este ideal no vamos a deternernos en formas arcaicas. La democracia no es para nosotros un fin, sino un medio para ir a la conquista del Estado nuevo. Llegado el momento el Parlamento o se somete o le hacemos desaparecer

Y se quedó tan pancho el presidente del partido de las derechas españolas.

El general Mola reunió al principio de la guerra a los alcaldes de Navarra  para explicarles el proyecto político que esperaba: “Hay que sembrar el terror…hay que dar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros. Nada de cobardías. Si vacilamos un momento y no procedemos con la máxima energía, no ganamos la partida. Todo aquel que ampare u oculte un sujeto comunista, del frente popular, será pasado por las armas

A fe que  cumplieron su amenaza. Como ejemplo puede servir el fusilamiento de la suegra de Pin El Cariñoso que amparó a su yerno e hija acogiéndolos en su casa…La compañera se libró al estar embarazada. Milagro fue porque fusilaron a muchas mujeres sin esperar a que naciera el hijo, o poco después, arrebatándoles a los pequeños y entregándolos a los brazos de los franquistas de pro.

Hacemos notar que Navarra se sumó al golpe desde el principio, es decir, la represión no se hacía como respuesta a ataques surgidos del periodo republicano. Tal como ocurrió en, por ejemplo, Canarias, Ceuta y Melilla en donde los sublevados mataron a 2.768 personas. En Galicia a 4.265, en Castilla la Vieja y León a 17.195 y en la citada Navarra a 3.280. La represión fue un exterminio ideologice tal como buscaban las derechas  y los generales sublevados.

Numerosos testigos, periodistas la mayoría, referían en sus crónicas del momento, el espanto sentido ante las riadas de sangre que recorrían las calles de Badajoz o el exterminio de los que huían por la carretera de Málaga en la llamada Desbandá. Niños, mujeres, viejos que huían despavoridos son ametrallados y bombardeados por la aviación alemana bajo las órdenes de Franco.

El general de forma consciente y premeditada alargó la guerra para conseguir su objetivo de arrasar con quien no pensaba como él. No le servía solo una victoria, quería la desaparición física de sus enemigos. No dudó jamás en sacrificar, incluso a sus hombres, para conseguir sus fines. Los generales alemanes,  informaban repetidamente, que se desesperaban ante la dejadez y laxitud de Franco ante las batallas que dilataba eternamente con el fin de alargar la guerra. Sirva como ejemplo el desvío que realizó hacia el Alcázar de Toledo (que mentirosa historia se ha contado de la supuesta “gesta” de Moscardó, cuando fue todo lo contrario, siendo asesinados familiares de republicanos, que se encontraban en el Alcázar, por el “heroico” defensor)  Nadie entendió que Franco  retrasara  la entrada en Madrid, que hubiera invadido sin problema  en el primer año de guerra, alargando la  contienda  dos años de forma innecesaria, cuando una vez caído el frente norte estaba perdida para los republicanos.

Podría gastar tiempo y palabras en referir las diversas escabechinas de la salvaje represión ocurrida, no solo durante la guerra sino sobre todo en la postguerra. Cientos de personas en todas las ciudades fueron fusiladas día a día, hasta muy pasados los años cincuenta. Los crímenes eran aleatorios, cualquier denuncia, sospecha o maledicencia conducía al inocente al paredón quedando la familia al albur del odio vecinal.

Desde el principio se tuvo claro que había que arrancar el ideario democrático de España. Con ríos de sangre y terror indiscriminado, porque el miedo es la cárcel más segura para una población que ve el peligro en cada esquina. El silencio selló las bocas de millones de personas que sobrevivieron haciendo que el olvido traspasara las generaciones hasta llegar al falseamiento histórico que padecemos.

Otra de las graves falacias que este libro demuestra y pretendo trasmitirles, es  la culpabilidad que se arrojó en los hombros de las mujeres ante la pérdida de las izquierdas en las elecciones de noviembre de 1933.

Consigna escuchada repetidas veces nos indica que fue el voto concedido a la mujer poco antes el que giró la balanza electoral. Obviando que en 1936 también votaron las mujeres  -y posiblemente a los mismos- y ganaron las izquierdas. Quizá, en el triunfo derechista,  tiene mucho que ver el que en las elecciones del 33 el anarquismo, decepcionado con las medidas de la República, se abstuvo de votar.  También considero a tener en cuenta los datos que aporto seguidamente en donde vemos los resultados, que nos indican claramente que si hubo una responsabilidad fue en la desunión de la izquierda.

A continuación les detallo los resultados de las elecciones de noviembre de 1933:

Coalición de partidos de la derecha=212 escaños/Votos 3.345.504  (15.780 votos por escaño)

La izquierda desunida recibe=99 escaños/3.375.432 votos (34.095 votos por escaño)

Es decir, la izquierda sacó 30.928 votos a favor frente a las derechas, votos favorables que fueron absorbidos por la ley electoral que penaliza la desunión de los partidos, tal como ocurre actualmente. Espero que con esto quede desmentida la falacia que culpa al voto femenino de la perdida de escaños de la izquierda.

La desunión –incluso la del propio PSOE, entre partidarios de Largo Caballero y de Indalecio Prieto, enemigos irreconciliables- provocó el descalabro del Bienio Negro  potenciando el retroceso y eliminación de las costosas leyes aprobadas en el periodo anterior con el consiguiente desgaste y decepción de la clase menos favorecida a la que la ilusión generada el 14 de Abril de 1931 con la declaración de la República, frustró en sus anhelos de justicia social. Recordemos la Revolución del 1934 en Asturias y la terrible represión encomendada a Franco, que es donde su prestigio de “matador de rojos» subió enteros para la carcunda española.

Nunca sabremos lo que hubiera pasado de no perderse esas elecciones porque aventurar la historia lo dejamos para quienes juegan con ella pero algo nos dice que posiblemente los hechos ocurridos a continuación hubieran  sido diferentes.

El Psoe, fue desunido a esas elecciones con luchas fratricidas irresolubles. El Partido Comunista, que era residual en esos momentos, obedecía ciegamente los dictámenes de Stalin y el anarquismo campaba entre la decepción y la desesperación que sentía ante unas reformas que no llegaban y unos cambios que se hacían de rogar. Recordemos la frustrada Reforma Agraria, los terribles sucesos de Casas Viejas y las guerras fratricidas en las calles de Barcelona.

En ningún caso apunto culpables, tan solo espero que la historia nos sirva de faro para intentar –al menos, intentar- no repetir los viejos errores que observo, se parecen demasiado a los nuevos. Hago votos para que las consecuencias, en cambio, sean muy diferentes.

 

María Toca Cañedo©

 

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-05-02/guerra-civil-fin-1952-1939_1963378/

https://elpais.com/cultura/2015/03/11/actualidad/1426098184_448875.html

 

Sobre Maria Toca 1648 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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