Cuando nos niegan el derecho a la Memoria saben perfectamente lo que hacen. No es porque les importe mucho que el dolor familiar se vea resarcido por el reconocimiento de los seres queridos. Va mucho más allá. Los que quieren borrar a los muertos y que nos olvidemos de lo ocurrido en la postguerra española, lo que buscan es eliminar las huellas del genocidio que sus correligionarios -sí, correligionarios, porque si no compartieran sentimiento ideológico y afinidad emocional con los verdugos no se empeñarían tanto en disimular y ocultar sus fechorías, si lo hacen es porque se sienten interpelados- se saben cómplices ideológicos de los genocidas. Su negación es la prueba de la culpa.
La biografía que voy a desarrollar contiene todos los ingredientes que levantan el velo de un régimen fascista hasta el tuétano que nos quisieron y nos quieren blanquear. Conocer los detalles que moldearon la historia de la postguerra española es dibujar con precisión la crueldad, el sadismo sistémico de un régimen criminal. El franquismo, al que sus herederos quieren lavar la cara.
María Pérez Lacruz, nace en Teruel un tres de mayo de 1917, el mote de la Jabalina le llega por parte de madre. Isabel Lacruz Rivera, que había nacido en el pueblo de Jabaloyes en la Sierra de Albarracín. Tenía cinco hermanos más y al nacer cometió un pecado terrible en la España de entonces…aunque sigue siendo algo punible aún, ser pobre. Muy pobre.
Los padres emigran hacia la ciudad de Sagunto que despegaba como núcleo industrial, en 1923, en busca de trabajo para sobrevivir. María contaba cinco años cuando llegaron a su destino y poco después, junto a los hermanos, comienzan a trabajar en las fábricas saguntinas para las que la edad de sus esclavos poco o nada importaban. Comparte el trabajo de las fábricas con el servicio doméstico, puestos de frutas, etc.
Desde niña trabajando, sin mayores enseñanzas, ni cultura, en 1934, en plena época republicana del bienio negro se une a la Federación Anarquista Ibérica (FAI) dentro de las Juventudes Libertarias, como forma de luchar por erradicar la pobreza congénita del pueblo.
María cuenta con diecinueve años en 1936, cuando en julio se le debieron quebrar los sueños de libertad y justicia con el golpe de estado que unos militares perpetraron y se fue al frente como miliciana de la FAI. Hay ciertas divergencias en las informaciones contrastadas para realizar la biografía, que apuntan, unas, a su participación activa como miliciana, y otras que participó como enfermera de la Columna de Hierro que era el contingente anarquista que marchó al frente. Sea como fuere, posiblemente primero fuera miliciana con participación activa y al producirse el decreto del gobierno republicano para que las columnas anarquistas se integraran en el Ejército Republicano -en concreto la Columna de Hierro, tomó el nombre de la 83 Brigada Mixta- fuera integrada como enfermera de campaña, ya que en el reajuste republicano se prohíbe que las mujeres participen activamente en el frente de batalla teniendo que disolverse las numerosas milicianas que en el primer momento de la guerra participan activamente en la defensa de las zonas atacadas. Como fuera, lo cierto es que fue herida pronto. siendo conducida al hospital en el que estuvo bastante tiempo ingresada ya que le habían destrozado el fémur con metralla.
Al salir, torna al trabajo activo en una fábrica de armas en Sagunto.
La guerra se acaba y María, sin más delito que su ideología y la defensa de la legalidad republicana sigue en la ciudad, cuando el 23 de abril de 1939 es detenida por la Guardia Civil. Alguien la ha delatado inculpándola de innumerables delitos…Incluso le acusan de ¡haberse comido las orejas de un cura!, o de haber asesinado al cónsul de Bolivia en Valencia cuando ¡jamás hubo cónsul de Bolivia en la ciudad del Turia!
Los crímenes de los que se acusaba a María fueron cometidos (los que fueron, porque muchos eran inventos como el del cónsul) durante su estancia en el hospital. El mismo jefe de Traumatología del Hospital Provincial de Valencia, doctor Francisco Martín Lagos, declara a su favor, ya que en las fechas de dichos actos ella permanecía ingresada con el fémur destrozado por la metralla.
En el proceso sumarísimo declaran varios falangistas a su favor, testigos de su inocencia. Mientras ha sido rapada, le han dado ricino y le hacen desfilar por Sagunto para escarnio y humillación de las mujeres vencidas.
No les queda más remedio que ponerla en libertad, pero quieren que firme una declaración realizada ante el juez militar a lo que ella se niega por considerarlo falso…
A María le acusaron en principio de ocho crímenes falsos, de rebelión militar (la ironía se dice sola, acusan de rebelión a quien se mantiene fiel a la defensa del gobierno legal, justo quienes se rebelan) conducta irregular ya que vive “amancebada” sin casarse, también dicen que defiende el ideario republicano y democrático cosa punible para los fascistas.
Aunque los crímenes no se pueden demostrar no quieren soltar su presa, es detenida de nuevo. El 18 de enero de 1940 ingresa en la Prisión Provincial del Convento de Santa Clara. María está en avanzado estado de gestación y da a luz a poco de entrar a la cárcel un bebé que le es arrebatado en el mismo instante de su nacimiento.Ni tan siquiera pudo verle ya que se le arrancaron nada más salir de su cuerpo. Había comenzado en pingüe negocio del robo de bebés en España y a María le tocó dar a luz en una zona pionera en esa criminal costumbre. Hay más de 30.000 bebés desaparecidos de la misma forma, por las practicas criminales que han llegado hasta bien entrada la democracia conformando una de las más terribles practicas genocidas que el Estado español niega o reduce a mínimos.
El bebé que le nació a María, hoy sería un anciano de 83 años del que no sabemos nada, si sigue vivo. Lo triste es que esa persona jamás supo que su madre padeció el infierno de una postguerra terrible.
Aun sin delitos de sangre es imposible salvar a María. Me he encontrado con más casos iguales. El empecinamiento en asesinar a quien ellos consideran que no debe vivir. No hacen falta delitos ni casi ni motivos. Como le dijeron a la esposa del vecino de Astillero, Eusebio Cortezón: “no te empeñes, no puedes salvarle, está condenado desde el principio da igual que demuestres su inocencia” Con María ocurría lo mismo.
A alguien le molestaba mucho una mujer libertaria, luchadora por la libertad de su pueblo.
María sigue presa en la Prisión Provincial de Mujeres de Valencia y el 28 de julio de 1942 se le acusa en un nuevo consejo de guerra de ayuda a la rebelión, ser una exaltada, vivir amancebada, como dijimos, y defender los valores republicanos, además de volver a acusarla de los crímenes falsos. Se la condena a muerte. Nunca se supo quienes fueron los delatores e impulsores de su condena.
El ocho de agosto de 1942, María Pérez Lacruz es fusilada en el que han dado en llamar “Paredón de España” en la ciudad de Paterna. Su cuerpo recibió dos tiros, uno se alojó en su cabeza, otro en su pecho, suficientes para acabar con la libertaria que contaba con solo 25 años de edad.
Es curioso resaltar la casualidad, María La Jabalina, fue la última mujer fusilada en la postguerra, mientras que la primera, se llamaba también María Lozano, que también había dado a luz poco antes, su bebé murió de frio con solo dos meses. A esta María, la fusilaron en el Cementerio del Este, en Madrid, donde también fusilaron a su compañero Florentino Salcedo, conformando, ambos, parte de los 3000 nombres que figuraban en unas placas que los recordaban y que el alcalde actual de Madrid, Almeida, mandó destrozar a martillazos quizá porque debe de quemarles mucho la memoria de los crímenes cometidos por sus abuelos ideológicos.
La historia de María La Jabalina, la han recordado en sendas novelas, la escrita por Manuel Girona “Una miliciana en la Columna de Hierro: María “La Jabalina” y la de Rosana Corral-Marquez es autora de la otra “Si me llegas a olvidar”, además de que Lola López ha llevado a los escenarios la vida de María La Jabalina.
Acaban de realizar un comic basado en su vida, los dibujantes Cristina Durán y Miguel Ángel Giner Bow, encargado por el Ayuntamiento de Sagunto y más concretamente por la Concejalía de Memoria Histórica.
En el cementerio de Paterna se calcula que fueron fusilados 2230 personas y en estos momentos se encuentra en fase de excavación y reconocimiento de las víctimas. María no fue enterrada en la fosa común sino que se le entregó a su madre el cuerpo sin vida para que pudiera adecentarlo y enterrarla con nombre. Triste compensación a la barbarie cometida con María La Jabalina, a la que jamás podremos olvidar.
En este crimen, como decía al principio, se aúnan todos los agravantes, María era inocente de los delitos que le acusaron, fue humillada de forma especifica por ser mujer (rapado, ricino, paseo por la ciudad como forma de humillarla) le robaron su niño y jamás se encontró…Además de ser asesinada por la criminal represión fascista. Tuvo el extraño honor de haber sido la última mujer fusilada.
Cuando nos digan que hubo dos bandos y nos vistan la historia con una hipócrita equidistancia, recuerden que en este país hubo muchas Marías, mujeres asesinadas. Y miles de hombres…Y no en la guerra sino en un terrible y violenta postguerra que duró más de cuarenta años. Algunas pensamos que aún sigue coleteando porque sus herederos se protegen en la impunidad de unas leyes que los amparan.
Honor y gloria a las víctimas del fascismo como María La Jabalina.
María Toca Cañedo©
Qué de verdades se leen en tus escritos. Fantástica labor y merecedora de elogios
Gracias…por leer y por valorar. Un abrazo, Juan