PARA LO QUE HA SERVIDO LA GUERRA DE AFGANISTÁN

 Hace tiempo en el mejor programa de Radio Nacional (5 Continentes) entrevistaban a una periodista española gran conocedora de la realidad afgana (se puede escuchar en podcast e incluso se debe si es que a alguien le interesa el tema) que escandalizada y con la mejor de las intenciones afirmaba que «20 años de guerra no han servido para nada«. Pero no es verdad: los 20 años de guerra en realidad han sido más de 40, desde la invasión soviética de este maltratado país, ahí USA y la OTAN de F. GonzaleX empezaron a financiar y armar a los integristas radicales que luego serían su némesis. Tantos años de guerra han servido y han servido mucho: para engrasar los dividendos de la industria armamentística, probar armamento y ensayar métodos y técnicas de genocidio, para apuntalar el discurso del miedo y el odio que tras las torres gemelas se enseñoreó de las políticas exteriores occidentales construyendo el consenso interior infame en nuestras sociedades que justificaba un violento colonialismo, utilizando incluso una especie de feminismo bastardo imperial para justificar la violencia de conquista. Estos decenios de guerra han servido para que se extienda el cultivo y tráfico de opio que ha acabado por sembrar heroína y muerte entre la juventud americana y europea (lo que tiene indudables beneficios en forma de aplacamiento del espíritu crítico y control social, y aumento de la criminalidad con las ganancias que acarrea para los aparatos policiales, judiciales y penales… ¿de qué iban a vivir todos esos sin ese doble movimiento de incentivar la producción de drogas y de prohibirlas al mismo tiempo?), a lo que habría que añadir el expolio de otras riquezas y la desestabilización geopolítica de una zona ya altamente explosiva con potencias como Pakistán e India enfrentadas por Cachemira (más bien por el aberrante proceso de descolonización, pero esa es otra historia muy larga, resumamos: maldito y criminal colonialismo inglés). Incluso a ese ejército que ha perdido todas las guerras salvo las que ha emprendido contra su propio pueblo la guerra de Afganistán, pese a algunas bajas, le ha venido de perlas para sacudirse la merecida fama de inutilidad y venderse casi como una ONG casi feminista y todo, gastar muchos cientos de millones de euros con sus sempiternas mordidas y promocionar ascensos en galones y nóminas que de otro modo hubieran sido más lentos.
Tengo un amigo de uno de mis pueblos (de uno de esos en los que se me desprecia más que lo contrario) que estuvo en Afganistán, es mecánico de los helicópteros esos que derraman muerte y pavor sobre poblaciones civiles, me contaba lamentándose los desastres que había presenciado y la inutilidad del esfuerzo bélico, por buscarle algo positivo a su experiencia personal le pregunté: ¿pero al menos es un país bonito no? Y me dio una respuesta que nunca olvidaré: «si a ti te parece que un país sin árboles puede ser bonito».
Miles de muertos occidentales, cientos de miles de muertos civiles, miles de violaciones de los derechos humanos en nombre de la defensa de los derechos humanos y la Democracia (con mayúscula de mayúscula hipocresía) y ahora han salido corriendo como cobardes, como traidores, dejando a la gente tirada como basura, dejando a las mujeres y las niñas con las que se llenaban la boca a merced de la misoginia organizada y rabiosa de los talibanes. .. Ayer cayó Kandahar, Kabul no va a tardar mucho pese a los B-52. Maldito Bush, maldita su estirpe, maldito Biden, maldita su estirpe, auguro que Afganistán va a ser la tumba de Biden y que el infierno que hemos dejado (también nosotros, los que pagamos y justificamos el ejército que sólo gana contra su pueblo) nos va a acabar llegando de algún modo, porque el mundo es una aldea, y la mierda que echamos en los arrabales también apesta y envenena a su debido tiempo a los barrios ricos.
Maldita las guerras todas, malditos los que las declaran, los que se benefician de ellas, y los que callan y miran para otro lado. ¡MALDITOS!
Fernando Llorente Arrebola

Sé el primero en comentar

Deja un comentario