SOBRE EL RELATO NACIONALISTA Y LA NARRATIVA FOLLETINESCA. de Marisa del Campo Larrámendi

Érase una vez una familia que vivía en un hermoso valle de tierras tan feraces que de nada carecían que pudiera hacer feliz a un ser humano. Sin embargo, una familia cruel que había bajado de las montañas hacía ya cinco generaciones, tenía sometida a la familia del valle y la obligaba a pagar un alto diezmo. La familia del valle sufría con paciencia la opresión y recordaba en las tardes de invierno junto a la chimenea las antiguas historias de cuando el valle estaba libre de la opresión de la familia de la montaña. ¡Oh, aquella época de oro!, ¡si volviera!, exclamaban entre suspiros mientras el viento frio golpeaba los cristales de su choza.

 

Cierto día el más joven de los hijos de la familia oprimida subió a la gran peña que se alzaba en medio del valle y desde allí contempló las tierras que fértiles pero torturadas se ofrecían a su vista. Fue entonces como si las viera por vez primera; fue entonces cuando decidió que aquello tenía que cambiar; fue entonces cuando resolvió luchar por la libertad de su familia y de aquel valle que les pertenecía desde tiempos inmemoriales… aunque para ello tuvieran que recurrir al uso de la violencia ¿acaso ellos no sufrían la violencia de la familia de la montaña? Pero para derrotar a la familia de la montaña, la familia del valle necesitaría estar unida en el objetivo común, sin disensiones, ni críticas, sin heterodoxos, ni herejes. Estaba seguro de que una vez libres de la opresión de la familia de la montaña la felicidad volvería a reinar en el valle.….

He aquí un argumento folletinesco:

1º.- Un pasado mítico, edad dorada donde existía la felicidad.

2º.- Un agravio atávico, origen de todos los males.

3º.- Un “ellos”, enemigo cruel responsable de todos los males.

4º.- Un “nosotros”, víctima buena de todos los males.

5º.- Una repentina visión o iluminación sobre la situación y sobre la necesidad de acabar con ella.

6º.- Un libertador, decidido y valiente.

7º.- Una justificación de la violencia del “nosotros” bueno por la existencia de la violencia del “ellos” malo.

8º.- Una unidad de destino en un objetivo común que prohíbe las disensiones y críticas.

9º.- Una creencia religiosa en que el acto liberador traerá consigo el paraíso a “su” tierra.

En definitiva, una columna vertebral narrativa cuyas vértebras son: el maniqueísmo, la simplificación, el victimismo, el odio y el resentimiento como afectos primarios, la criminalización del “otro”, la exculpación propia, el culto a la violencia como elemento purificador, la uniformización de las conciencias y la fe religiosa en el propio credo.

Nuestra tesis: las narrativas nacionalistas son narrativas folletinescas.

Nuestra contra tesis: las narrativas revolucionarias son narrativas complejas.

Texto: Marisa del Campo Larrémendi.

Sobre Maria Toca 1550 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

Sé el primero en comentar

Deja un comentario