Y ahora que nos queda ¿pactar o votar?

Me cuentan fuentes bien informadas que Iván  Redondo ha llevado las riendas de este no/pacto desde el principio. Que está dotado de capacidad negociadora y elucubra las tácticas a las que se pliega Sánchez como acolito fiel. Me lo dicen y pongo cara de creérmelo pero la duda, (ratificada por los meses de espera) me hace sonreír para mis adentros.

Mientras aquella militancia enfervorizada gritaba: “Con Rivera no” a una se le ponía la piel de gallina por constatar la inocencia que  adorna, a veces, el entusiasmo. Desconozco en qué consiste ese amor sublime por el partido que mantiene la militancia, me suena, llámenme loca, a fervor religioso, a Santa Teresita de Liseux o similar. Toda la militancia, da igual la ideología. He constatado fidelidad perruna con bajada de ojos avergonzados ante los desmanes del PP en sus peores momentos. He visto como se mantenía la concordancia ante el desmoronamiento de  Unidas Podemos en mi tierra y fuera de ella. Aún con todo, nada es comparable a la fidelidad del militante de base del Psoe. Cierto que en los primeros años de la creación de Podemos hubo fugas endiabladas, ideológicas, no exentas de ambición política. Se olfateaba éxito en la no/casta. Se olían cargos en un partido que carecía de estructura de poder. Y salieron algunos al calor de la rebatiña.

La mayoría que se quedó, con la furia del cornudo, se ensañó con los infieles, bien respondidos y con la misma saña por éstos. Quizá algunos eran los que gritaron “Con Rivera no” pobres soñadores de un tapiz que se construye sin ellos, sin votantes y hasta sin alma.

La discordancia y la desvergüenza con que se han llevado las negociaciones han sido vistas por todas. No puedo hablar por nadie, pero sí de lo que escucho y percibo en mi entorno y desde el minuto uno sabíamos que ese gobierno de izquierda coaligado no iba a ser. Da igual el grito de la militancia, el sentido común y las elecciones. No es no, que decía Sánchez, curiosamente siempre dedicado a su izquierda. No, jamás gobernará con UP, y cuanto antes lo asumamos mejor. Aunque el país se descalabre, aunque tengan que convocar mil y una elecciones hasta conseguir un gobierno de centro derecha. No se gobernará con UP. Desde el minuto uno, los/las ministras y cargos de poder socialistas han acuciado micrófonos, cámaras y programas para machacar al adversario, curiosamente el partido con quien debieran pactar, mientras que  con la misma fuerza se han dedicado a lamer las botas de la derecha.

 

Este baile de desafecciones que más parece un concierto de Pimpinela que un proceso serio de pactos de gobierno, nos dejan a la ciudadanía con la boca abierta y la perplejidad (o enfado serio) a flor de piel. Qué nivel de seriedad, qué credibilidad puede tener un gobierno que manipula papeles para desacreditar al compañero con el que está negociando. ¿Cómo explicar el veto al Secretario General de un partido con el que pretendes pactar? Si antes el señor Sánchez propició la investidura de ¡Rajoy! en base a la gobernabilidad del Estado ¿Qué tenía Rajoy que no tiene Pablo Iglesias? pregunta retórica que ustedes, queridas lectoras/es pueden responder en su casa –son tacos mayores, háganme el favor- Pues ahí tenemos a los estrategas del socialismo negando la mayor.

 

Ignoro quién(es) asesora al asesor. No conozco las estadísticas y estudios de opinión con que juega Redondo, para hacer lo que hace;  lo que le diría es que están muy alejados de la calle. Con solo darse una vuelta por cualquier sitio se percataría del hartazgo, por no decir vergüenza, que nos produce este baile de inacciones. No es no y marean la perdiz para que parezca sí. Y no habrá gobierno hasta que sea un centro derecha quien lo forme.

 

Me dicen los abnegados socialistas que presentaron las 300 propuestas. ¡Vaya! propuestas vagas…propuestas que ponen un barniz diminuto a los grandes problemas del país. Y esos problemas son derechos laborales, vivienda y Catalunya. En cualquiera de esos casos se pasa de puntillas con las viejas políticas que han demostrado inoperancia y una crispación innecesaria del clima político. Nada que cuestione la monarquía (ni me lo mente, oiga, que tenemos a un rey muy mono y republicano) Nada que mencione una reforma a fondo de la Justicia, o la desfranquización del Estado (sacamos la momia del Valle y tan contentos) La Memoria Histórica sigue muerta, nadie consulta a expertos, a los que llevan trabajando en ella tiempo, al contrario, se nombran comisiones que a su vez nombran a comisionados…La vieja forma de burocratizar para no hacer nada.

La reforma laborar, ni mentarla tampoco, que se enfada la CEOE y nos cierran el grifo. Catalunya, no me toque usted nada que se asemeje a una consulta popular porque le envío un 155 con Rivera apatrullando la ciudad que se caga la burra. Nada. Todo humo.

Por último analizo la postura de UP, con cierto dolor de corazón ¿De verdad Pablo Iglesias, asaltar los cielos era suplicar al monarca que medie entre partidos? ¿De verdad? Atónita llevo estos meses viendo el amansamiento del otrora líder berroqueño, hoy convertido en dulce y suplicante gatito.

A ver, Pablo Iglesias… ¿no has oído hablar del portazo? ¿No tienes capacidad de mandarlos a escardar gamusino ante tanto desprecio? Si al principio te ofrecieron mucho y no quisiste (según su versión) no comprendes que no te quieren ya.

Esa sumisión con lamido de botas al monarca va a pasar factura, queridos de UP. Y mucha. Desde el principio se han alzado voces diciendo que no hay prisa en entrar en un gobierno pleno de bellaquería como se está viendo. La opción de propiciar la gobernabilidad para luego hacer  una oposición dura y calle, mucha calle. Contestación en combinación con la calle, escuchando su voz, trasmitiendo en directo al Parlamento lo que contamos. Y punto.

No más suplicas, no más engendros. No te quieren Pablo Iglesias. Que eres como el novio dejado y suplicante que al principio inspira pena para  luego dar risa. No te quieren. No quieren compañeros de gobierno que implique mirar debajo de las alfombras. No quieren fiscalización de nada. Quieren seguir con la marca del PSOE: barniz para cubrir la mierda. Siempre fue así y siempre lo será. Da igual que en Ferraz mande Sánchez o Díaz o tal que en los buenos tiempos de Guerra.

Lampedusa dixit: cambiemos algo para que todo siga igual.

Mis fuentes que garantizan que Redondo es inteligente puede que tengan razón. Lo que no sé –ni ellas tampoco- es para qué o quienes trabaja. Desde luego para el pueblo español, no.

 

María Toca

 

 

 

 

Sobre Maria Toca 1667 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

2 comentarios

  1. Buenos dias, Maria. Estando de acuerdo contigo en lo esencial, un par de apuntes: para no querer a UP en el gobierno, una vicepresidencia y tres ministerios ofecidos por el PSOE (con mucha desgana, eso si) no esta nada mal a priori. Por otra parte, Pedro Sanchez no propicio la investidura de Rajoy, el renuncio a su acta de diputado y su «No es no» viene de aquel episodio de opsicion a la derecha. Saludos y gracias por tus articulos

    • Lo de Jukio lo apunto con la salvedad de que puede no ser exactamente como nos cuentan. Eso…o UP fueron tontos de baba, que puede. Juego con el No es No…y la abstención del PSOE hizo presidente a Rajoy. Gracias por tu lectura y las precisiones.

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