Mare Mortum

¡Como nos ha engañado nuestro siglo XX!.
Al tributo de la mentira nos obligaron.
Como leves villanos, las ideas,
al soplo de la vida se volaron.
En La balada de los Beatniks de Yevgeny Yevtushenko

A la memoria de los miles de muertos que yacen en el MARE MORTUM

Hace tiempo que nos hemos acostumbrado
a verles pasar
anclados a sus desvencijados carros de la compra,
con sus desastradas ropas,
sus caras de hambre
y la mirada repleta de esperanza,
la brisa les protege con su magia
y el fuego de la vida crepita en ellos
como un leño,
una urgencia de luz en la mañana.


1
Trabajan incansables por las calles
regalando la blancura marfileña de sus dientes
enmarcados por unos labios cetrinos
que guardan una herida dolorosa en la garganta.
Sin palabras ni lágrimas
van batiendo la cochambre
de todo lo podrido y lo negado,
allí donde agrupamos los desechos
que nos sobran.
Entre bolsas repletas de inmundicias
se mueven como bestias asustadas,
esperando una mirada generosa
que les haga sentir que son humanos.
Victimas de todo tipo de desprecios,
como flores sin pétalos,
arrastran esos pequeños objetos luminosos
recogidos del oscuro fondo del ocaso
donde se aloja la cara bruta
de esta sociedad del desperdicio.


2
Son los vagabundos de la chatarra
marginados huyentes
de la gran muralla de hierro y espino que corta los cuerpos
que no sobrenadan navegando penas
a merced del viento.
Su anhelo existencial les obliga
a buscar un lugar en el mundo,
para huir del polvo
que la vieja muerte siempre les ofrece,
una plaza en el huerto callado
del que no se regresa.
Son chillones y molestos, dicen unos.
Sus mujeres paren mucho, dicen otros.
Vienen a destruir nuestra cultura,
a comerse nuestro pan
y a dejarnos sin trabajo,
aposentando sus culos
en escuelas , transportes y hospitales,
se escucha en algunos noticieros de la noche.
Estos fantasmas de las pateras
no creen en el karma,
han atravesado mares y desiertos
dejando su tierra, cerrando su casa
buscando un prodigio entorno a una hoguera
bajo el cielo oscuro.
Y mientras, rodeados de moscas,
sueñan cabalgar los mares
hacinados en una barcaza,
sin quila, sin vela, casi sin cubierta
y volar como Ícaro al alcanzar tierra,
no saben que el demonio,
hado del destino que sus pasos guía,
saciará el hambre de un marino Hércules
caballo de espuma sediento de sangre,
glotón de los pobres ,
y sordo a los gritos del Ave María,
infame indecente entre dos columnas,
el gran Mare Mortum,
que sinnúmero de cuerpos humanos
en su dulce tumba de olas azules
y de espumas blancas
con fruición y gula devorar espera.


Enrique Ibáñez Villegas

 

Sobre Enrique Ibañez Villegas 79 artículos
INGENIERO T. EN QUÍMICA INDUSTRIAL Universidad de Cantabria CERTIFICADO DE ESTUDIOS DE INTERPRETACIÓN durante 3 cursos en Institut del Teatre de Barcelona. Actor de teatro y cine Director teatral Poeta, escritor • EXPERIÉNCIA DOCENTE COMO PROFESOR DE TEATRO -CENTRO DE ESTUDIOS TEATRALES “ GENTE DE TEATRO DE BARCELONA” Profesor de Técnica de Actor y de Movimiento. 15 años -CENTRO CULTURAL “MASS MEDIA” Profesor de Técnica de Actor . 4 años -ACTOR’S STUDIO DE BARCELONA Profesor de Técnica del Movimiento. 2 años -ESCUELA DE CINE DE BARCELONA Profesor de Técnica del Movimiento. 1 año

Sé el primero en comentar

Deja un comentario